𝟑𝟒. 𝐄𝐋 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎

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[CONTENIDO ADULTO]

Los dos amigos todavía estaban en el dormitorio en el que se hospedaban en Durmstrang, esperando impacientemente que Draco llegara con cualquier noticia que pudiera tener.

—Esto se está volviendo demasiado estresante.—murmuró Athena, mientras caminaba por la habitación.

—Relájate, la pobre lechuza se va a Inglaterra, Athena. Le tomará mucho tiempo ir allí y luego regresar.—dijo Felicity, tratando de calmarla un poco.

Athena suspiró.—Lo sé pero de todas formas...

De repente la puerta se abrió y entró Draco sin aliento.

Athena rápidamente se acercó a él.—¿Entonces?.—ella exigió ansiosamente saber.—¿Qué pasó?.

—Le envié una lechuza, pero me temo que tardará al menos hasta mañana en llegar.—explicó, mientras un mechón de pelo le caía sobre la frente.—En la carta le pedí que enviara los viales con polvo flu, para que pudiéramos recibirlos antes. Sólo necesitamos que la lechuza llegue allí primero.—añadió.

—¿Entonces tendremos que esperar hasta mañana?.—Preguntó Athena, un poco decepcionada.

Draco asintió, mientras pasaba su mano derecha por su cabello, arreglándolos.—Me temo que sí.

—Soy tan jodidamente estúpida...—susurró.

—Oye, oye.—dijo suavemente, tomando su rostro entre sus manos.—Todo va a estar bien. Estoy aquí, ¿Bien?.—La tranquilizó Draco, dándole su más dulce sonrisa.

Athena asintió y se abrazó a él, abrazando su tonificado cuerpo con los suyos pequeños.

Draco le devolvió el abrazo, mientras le daba un pequeño beso en la cabeza.—¿Quieres dar un paseo?.

—Sí, por favor.—murmuró sobre su pecho.

—Está bien, ponte ese maldito abrigo de oso y vámonos.—se rió entre dientes.

Athena se apartó de él e hizo lo que él le pidió. Se despidieron de Felicity y se fueron juntos, de la mano.

Todo el paseo por los terrenos nevados estuvo en silencio. El estado de ánimo de Athena estaba arruinado y, por alguna razón, se sentía culpable.

Draco no sabía qué más decirle. Esta también fue una situación muy estresante para él.

—Así que el baile de Navidad es mañana...—Athena comenzó a hablar vacilante.—Y quería preguntarte si iremos juntos...—añadió, mordiéndose el labio.

Él le dio una mirada divertida.—¡Por supuesto que vamos juntos!.—exclamó.—¿Estabas planeando ir con alguien más?.—Le preguntó.

Athena pudo escuchar los celos en su tono.—No, sólo me estaba asegurándome.

—Está bien...—dijo en una voz más baja.

—No pude encontrar una cita de todos modos. Cada chico al que le preguntaba me rechazaba en un abrir y cerrar de ojos. Y nadie, y lo digo en serio, ni una sola alma, me pidió que fuera con él...

Draco tragó saliva con fuerza, sin mirarla. Porque eso ya lo sabía.—Supongo que simplemente están jodidamente ciegos...—reflexionó.

Athena lo miró con recelo.—No sabes nada sobre eso. ¿Verdad?.—preguntó con una ceja levantada.

Draco todavía no la miraba, mientras intentaba encontrar las palabras que decir. Sabía que Athena no era estúpida. No podía simplemente mentirle.

Ella dejó de caminar y apartó su mano de la de él.—Mírame.—exigió.

𝑇𝐸𝐸𝑇𝐻 | 𝐷𝑅𝐴𝐶𝑂 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌 | traducción al españolWhere stories live. Discover now