WHISPERS IN THE DARK | Spencer Reid

XVII. Henry

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El reloj marcaba alrededor de las ocho de la mañana en Quántico, el sol comenzaba a salir entre algunas montañas, tiñendo el cielo con rayos dorados y anaranjados que se filtraban a través de las ventanas de la UAC, creando un ambiente cálido y acogedor.

A medida que el reloj avanzaba, los cajones de estacionamiento y las sillas de los escritorios se iban llenando uno tras otro. Agentes, analistas, técnicos, junto con otros empleados entraban en la oficina, preparados para enfrentar un nuevo día. Algunos estaban con el animo y la energía al tope, mientras que otros tenían cansancio al grado de parecer un zombie. 

El suave murmullo de las conversaciones junto con el sonido de las teclas de las computadoras se escuchaban por todo el lugar, creando una atmósfera de actividad constante. Los agentes y analistas intercambiaban ideas y actualizaciones, mientras las pantallas de las computadoras destellaban con datos y perfiles psicológicos en desarrollo.

La cafetera, ubicada en la pequeña sala de descanso, estaba en plena acción. El líquido oscuro se deslizaba en la jarra, desprendiendo un aroma embriagador que se extendía por el aire. Era como una caricia para los sentidos, un estímulo necesario para aquellos que aún no habían despertado del todo.

Alexandra y Spencer entraron entrelazando sus manos, como era de costumbre. Ya se habían acostumbrado a los pequeños susurros y miradas cómplices que se presentaban cada vez que los veían juntos en la oficina. Se despidieron con un dulce beso en medio de la actividad en la oficina, un gesto que no pasaba desapercibido para sus compañeros de equipo. 

Spencer tenía planes de invitarle un desayuno a Emily en señal de agradecimiento por haberlo salvado en el último caso. Mientras que Lexie tenía una platica pendiente con Penélope, quería saber más sobre el enamorado de su amiga, así que se dirigió a su 'cueva informática'.

La melliza, se encontró con Penélope compartiendo un romántico beso con Kevin, el analista de otro piso. Una sonrisa se formo en sus labios y decidió llevar a cabo una pequeña venganza por las innumerables ocasiones en que García había interrumpido sus momentos con Spencer. Así que con pasos silenciosos, se acercó a ellos, lo suficientemente cerca para hacerse notar sin ser invasiva, para aclararse la garganta de manera casual.

El beso de Penélope y Kevin se rompió abruptamente, ambos se separaron, sus rostros llenos de sorpresa y sonrojo. Él pasó una mano por su cabello algo despeinado y se acomodaba su ropa, antes de hablar.

—Esto no es lo que parece. Estábamos discutiendo un caso, ¡de verdad!—Penélope trataba de ocultar su sonrojo.

—Si . . . yo... yo te traeré esa información que necesitas—comentó Kevin con un tono nervioso, mientras salía de la oficina de Penélope.

—Te odio y mucho, no pudiste esperar—García se reía con su amiga, para después robarle el café de sus manos

—Tu me amas, sin mi todo seria aburrido,—Alexandra siguió el juego de la genio de la computadora.— pero dame el café, necesito despertar no dormí nada.

—Vaya picarona—Penélope jugaba con sus cejas en un gesto juguetón

—Nada de eso—Lexie paso sus manos en su rostro con frustración—Spencer compró un lego de la Estrella de la Muerte, se pasó toda la noche peleándose con el instructivo y las piezas que no encajaban—menciono mientras se acostaba en la silla de su amiga