CINCO.

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—¿Mami tú me amas? —La menor preguntó mirando a su mayor estando sobre sus piernas.

—Claro que sí, mi vida, eres lo mejor que me pudo a ver pasado. —Besó su frente.

—Pues cómprame el conejito que te dije...

—No. ¿Para que quieres eso si tienes un cuarto lleno de esas cosas, bebé?

—Dices que me amas pero no es así, si me amas tienes que querer verme feliz, si me quieres ver feliz cómprame ese conejito. ¡Mami!

—¿Mmmh?

—Dejaré que me ates.

—No es necesario, lo puedo hacer cuando quiera.

—Dejaré que me des por mi culito, ¿Sí? —La menor bajó y se puso de espaldas para subir su faldita azul dejar ver su culo sin nada debajo.

—Mmh...
Abre. —La menor confundida separó sus piernas aún de pie y observo como su mayor pretendía tocarla.

—Nena, ¿Que es ese mojadero que tienes ahí? Cuidado si te vienes aquí, te pondré a lamer el piso si lo haces.

—La menor nerviosa dijo. —Porqué mejor no me lames mi cosita, mami, es mejor. Quiero que muerdas mi botoncito.

—¿Sí? —Preguntó la mayor mientras acostaba a su menor en la cama alzando bien su faldita, dejando ver a su disposición una vagina muy mojada, rojita y viendo la carita de su bebé.

—Mami muerde mi botoncito. —La menor tomó la mano de la mayor, llevó dos dedos a su boca y los lubricó bien llevándolos a su botoncito. —¡Mami!

—La mayor solo observaba toda esa lujuria en su pequeña bebé. —Mami...

¡Niña Rebelde!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora