Capitulo 8.- Preludio de una tragedia parte I

61 7 10
                                    

— Lleva a Izaak a dirección ahora mismo — Son las palabras qué Joseph menciona a la profesora, la mujer huye de ahí con el chico qué está a punto de sufrir un ataque de pánico, es qué es bastante obvio, el chico está temblando, es muy evidente qué no sabe manejar una situación de esa magnitud, por otro lado se qué fue muy cruel de mi parte relevar tal información así, sin ponerme analizar las consecuencias qué eso tendría para el director y para Izaak, revelar qué era su culpa qué hubiesen eliminado el club de ajedrez, lo cierto es qué de no haberlo hecho, lo más probable es qué el qué se hubiese llevado la paliza sería yo, sin tener la culpa de nada, así qué no me arrepiento, lo haría una y mil veces si de esa manera tengo la oportunidad de arruinar los planes, la vida, cualquier cosa qué le pueda dar un poco de felicidad a Izaak yo siempre voy a estar ahí para arruinarle todos sus momentos felices, porqué lo odio y esperó a qué tarde o temprano lo entienda.

— Chicos por favor tranquilos, este es un malentendido, no tienen porqué actuar de esta manera tan salvaje — Tengo una sonrisa burlona en el rostro, no podría estar más feliz porqué justamente ahora el director va a pagar un poco al menos por el golpe qué me dio en el labio, ese es el destino para todas las personas qué se atreven a tocarme, recibir su merecido cómo las basuras qué son.

— No hay ningún malentendido, lo qué pasa aquí es qué tú haciendo uso de tú poder cómo director decidiste eliminar el club de ajedrez para abrir el de contenido oriental para complacer a Izaak el chico nuevo — El director me observa con mucha molestia en el rostro, más qué molestia es furia, odio, sin embargo no pienso callar nada, porqué estoy harto de qué de todas las cosas malas qué pasan en la universidad, en la ciudad, en el país, en el mundo me quieren culpar a mí, bueno no tan así, porqué tampoco creó qué todo el mundo me conozca, pero es un buen ejemplo, en especial si las cosas malas le pasan a Izaak, entonces todos me culpan a mí, aunque para ser honesto el noventa y nueve por ciento de las cosas terribles qué le ocurren a esa basura si son provocadas por mi.

— Cállate Axel — El director me toma del brazo con fuerza, parece bastante molesto, sin embargo está vez no va hacer como la otra ocasión en la qué me golpeó, porqué ahora ya tengo algo con lo cual amenazarlo y es el vídeo qué Jonathan tomó de la zorra de la profesora Taylor dándome una bofetada, puedo destruir medio planeta si así lo quiero para obtener la venganza qué tanto anhelo, quiero qué se arrepientan por obligarme hacer cosas qué no quiero, pero sobretodo quiero qué Izaak sufra, física y mental, pero sobretodo quiero destruir su corazón, qué cada cosa qué le haga le duela tanto qué la muerte le resulte la salida más fácil y rápida.

No tengo explicación alguna para ese odio qué siento por Izaak, la sensación y placer qué me produce resulta igual de intensa qué el amor qué siento por Stephane, me sorprende lo opuesto qué pueden llegar a ser ambos sentimientos pero al mismo tiempo ambos me producen satisfacción, el deseo de seguir haciendo ambas cosas, amando a Stephane, hacer el amor con el, cuidarlo y consentirlo, pero también quiero causarle daño físico a Izaak, torturar su cuerpo, infringir todo tipo de dolor, qué ya no pueda resistir más, destruir su corazón, qué sienta la desesperación de saber qué nunca va a poder estar conmigo, destruir su mente, destruir su carne, sus huesos, nunca en mi vida he podido explicar lo qué ambos sentimientos me hacen sentir, pero ambos me producen euforia, mientras la adrenalina me produzca ese placer para mí está bien, no me importa si soy un psicópata, pero voy a seguir gozando cada qué pueda de todo el daño qué sea capaz de hacerle a esa basura pestilente.

— No, está vez no pienso quedarme callado, quiero qué todos sepan qué está vez no tengo la culpa de lo qué pasó con el club de ajedrez, todo se hizo por el favoritismo qué el director y la profesora Taylor tienen por el alumno nuevo, Izaak Mendez es el culpable de qué su club de ajedrez haya sido eliminado para darle lugar a un club para anormales, gente rara y friki sin nada qué hacer en el mundo — El director aprieta con más fuerza mi brazo, sin embargo ya no puede hacer nada, acabo de exponer frente a una gran multitud el evidente favoritismo hacia el pedazo de mierda de Izaak, tampoco voy a dejar qué me vuelva a levantar una mano, así qué yo también llegó mi mano a la suya y la aprieto con demasiada fuerza, soy más joven y más fuerte qué el, así qué mi fuerza lo toma por sorpresa, porqué puedo ver la sorpresa y cómo su rostro de desfigura por el dolor, incluso yo puedo sentir el crujido de los huesos de su dedos, el director parece sorprendido — Sueltame o te rompo la mano — Aplicó más presión lo cuál en un punto lo hace liberar mi brazo, automáticamente yo también libero su mano — Está vez no será cómo aquella vez qué me rompiste la boca de un puñetazo, si te atreves a ponerme una vez más las manos encima te daré la paliza de tú vida, no eres más qué un pobre diablo infeliz, un vejestorio en el ocaso de su vida, un pedazo de mierda inservible y decadente, una basura qué no supo cuidar a su familia, por eso ahora quieres limpiar tus culpas cuidando de ese pedazo de mierda llamado Izaak, esa mierda no es un ser humano, no debería ser tratado con dignidad, no lo merece, todo lo qué Izaak merece en este mundo es desprecio, ser tratado cómo la basura qué es, yo me voy a encargar de eso.

"Axel" (Gay) © EN PAUSA Where stories live. Discover now