Capitulo 3. La fiesta

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Siento qué la bilis se me sube por la garganta, el maldito coraje qué acabo de hacer con el director es algo qué definitivamente no puedo dejar así, se va arrepentir, quizá no ahora, pero ya llegará mi turno de vengarme, es tan jodido qué me haya querido chantajear de esa manera, cómo si eso realmente fuese a pasar, ni en mil años aceptaría hacer equipo con Izaak, lo qué no entiendo ¿Por qué tanta insistencia? Prácticamente el inútil de Izaak es nuevo en la universidad, salvo Jonathan y yo, no creó qué nadie más lo recuerde, si bien es verdad qué la mayoría de los qué le hicieron bullying cuándo éramos niños estudian aquí en la "Universidad del pacífico" pero ya de eso pasaron muchos años, dudo mucho qué puedan reconocerlo a simple vista, no se, quizá me equivoqué, pero si es así, no está demás qué se les recuerde quién es el nuevo en la ciudad, creo qué a todos les gustaría revivir viejos tiempos, siempre fue un goce hacerlo llorar, ver a ese patético niño tener una crisis de ansiedad y pánico era muy satisfactorio, Izaak era el juguete preferido de todos, le podías pegar las veces qué quisieras y el no metía las manos para defenderse, quizá al principio trato de oponerse al maltrato, pero le fue terriblemente mal, así qué ese fastidioso niño aprendió a esconderse, pero en las ocasiones qué no lo hacía eran palizas seguras, lo admito el sufrimiento de Izaak siempre fue algo qué me hacía sentir dichoso, es cómo si me alimentará del dolor, pero por raro qué parezca no disfrutaba el hacerle bullying a otras personas, únicamente era Izaak quién me producía ese rechazo y repulsión tanto cómo para disfrutar verlo con ataques de ansiedad y llorar, si, lo se, muy siniestro para alguien qué tenía cuatro años, pero a esa edad ya sabía torturar a una persona psicológicamente y me daba el placer suficiente el hacerlo, supongo qué es porqué nunca considere a Izaak cómo un ser humano, si no cómo la basura qué es, así qué nunca sentí nada más qué placer en su sufrimiento.

Conduzco por la ciudad, estoy cansado y tengo demasiada tarea qué hacer, sin embargo necesito hablar con mí padre, así qué me dirijo a su oficina en el distrito empresarial, creó qué el más qué nadie estará bastante interesado en saber qué Irina regresó a San Francisco con su hijo Izaak, por alguna extraña razón qué no conozco mi padre odia a esa mujer y por eso el siempre me apoyo en mi odio al pequeño Izaak cuándo estuvimos en el jardín de niños, supongo qué de no ser así no habría podido salirme con la mía tantas veces, era tan evidente qué Izaak sufría bullying extremo y la directora del jardín de niños me protegía a mi, es lo grandioso de ser hijo de un hombre muy poderoso y manipular, aprendí a ser cómo el - ¡Buenas tardes ¿Puedo ayudarte en algo?! - Escucho la voz de la recepcionista qué se encuentra en el lobby, le muestro mi sonrisa más falsa posible porqué odio fingir qué me gusta socializar con la clase trabajadora pero no digo nada más, simplemente continúo mi camino hacia el elevador - No puedo dejarte pasar sin cita previa - Dice la mujer quien me siguió hasta el ascensor, la observó ahora con desprecio.

- Yo no necesito cita previa para venir a la oficina de mi padre - Observó el nombre de la recepcionista en la tarjeta de presentación qué cuelga de su cuello "Adara Abramov" hago una mueca de asco al leer el nombre y apellido judío de la mujer, así qué ahora no tenga porqué ser tan tolerante con ella, odio a los judíos, son una enfermedad para el mundo, el sionismo es una enfermedad, creó qué todos esos jodidos judíos deberían regresar a Israel y nunca salir de ese desértico país.

- ¿Es usted hijo del señor Adams? - Asiento al tiempo qué llamo el elevador para subir hasta el piso dónde se encuentra la oficina de mi padre, una vez qué las puertas se abre entró sin volver a mirar a esa sucia mujer judía, creó qué lo qué esa gente merece es volver a vivir en zonas de internamiento, odio a los judíos.

- Vaya genio salió la sucia judía qué es recepcionista en el lobby - Le digo a mi padre una vez qué llegó a su oficina, el hombre se sorprende de verme entrar a su oficina, parece bastante concentrado en su computadora.

"Axel" (Gay) © EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora