Capitulo especial.- Izaak Mendez

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Corro por los pasillos de la universidad estatal de Nueva York, estoy tratando de huir de unos bravucones qué intentan golpearme, mi vida se reduce a eso, escapar de mis agresores, la mayoría del tiempo logró hacerlo, pero en las ocasiones en las qué no me es posible se habrán de imaginar qué recibo las peores palizas de mi vida, sin embargo me quedo en silencio porqué no quiero darle más preocupaciones a mi madre, ya suficiente tiene con tener qué trabajar para poder mantener nuestro departamento y pagar mis estudios, pero aveces sueño y deseo poder ser cómo la mayoría de personas qué no tienen ningún tipo de preocupación, ser popular, inteligente y guapo, ser amado por todos, siempre he querido sentir el amor de otras personas,  no digo qué nadie me quiera porqué mi madre y mi tía Inna se qué ellas me aman y darían todo por verme feliz, pero me gustaría tener amigos, una persona con la cuál ser feliz, a mí mente vienen imágenes de un niño castaño de ojos verdes, mi querido Axel, han pasado muchos años desde qué nos vimos por última vez, yo tuve qué huir de San Francisco con mi madre, pero siempre pienso en el, fue mi único y verdadero amigo, mi primer y único amor, espero qué el también piense en mi, me recuerde.

— ¿Dónde estás inútil? Se qué estás escondido por alguna parte — La voz de uno de los bravucones qué suele molestarme me devuelve a la realidad, pero dudo qué pueda encontrarme, estoy dentro de un contenedor de basura pestilente para evitar ser golpeado, observó la hora en mi teléfono, lo pongo en silencio aunque no es cómo si fuese a recibir algún mensaje o llamada importante, únicamente es mi madre quién siempre está pendiente de mi, pero mi, mí WhatsApp está vacío, no hay nadie qué se preocupe nunca por mí, no tengo redes sociales porqué cuándo las tuve apenas y tenía diez personas en Facebook, así qué terminé por eliminarlas.

— ¿Ya lo encontraste? — Escucho otra voz, ni siquiera se cómo se llaman, sólo se qué me hacen la vida miserable todos los días, ni siquiera se porqué me odian tanto, desdé qué llegue comencé a recibir burlas, eventualmente se hicieron más agresivos hasta terminar a los golpes, claramente conmigo hecho mierda por no tener la fuerza para defenderme y porqué suelen ser todo un grupo contra mi sólo.

— No, parece ser qué otra vez encontró la manera de escapar.

— ¿Cómo es posible qué ese pedazo de porquería sea más inteligente qué nosotros?.

— No lo se, quizá es débil pero corre rápido y encontró la manera de huir, es la presa evolucionando para escapar del predador.

Exactamente es cómo me siento, cómo una gacela tratando de escapar de un felino, no imposible pero las probabilidades nunca han estado a mi favor y cuando me refiero a eso no lo hago sólo a mis bullies, si no al mundo en general qué siempre encuentra la manera de recordarme cuál es mi lugar en el mundo, de los recuerdos qué tengo de mi niñez son muy borroso, recuerdo a Jonathan y su grupo de amigos siempre molestarme, también recuerdo a Axel aunque de eso apenas y lo tengo presente, si no fuese por la fotografía de la obra de primavera no podría recordar su rostro, aún así no tengo idea de cómo es qué luzca ahora mismo, quizá esté más alto, pero de lo qué si puedo estar seguro es qué debe ser igual o más hermoso a cómo lo recuerdo.

— ¡¡¡Vámonos ya!!! — Escuchó al lider de los bravucones qué siempre me molestan, observó por un pequeño agujero qué hay en el metal corroído por la humedad — El nerd logró escapar y nosotros debemos ir a entrenar, ya lo atraparemos otro día, pero de algo puede estar seguro esa basura y es qué cuándo lo tenga frente a mi le daré una paliza peor de la qué ha recibido en toda su vida.

Así es casi siempre, logro escapar pero en las ocasiones qué no puedo hacerlo recibo un escarmiento mucho peor, finalmente veo qué se han marchado, así qué abro la tapa del contenedor de basura y salgo, lo hago por la salida de emergencia, no quiero encontrarlos nuevamente, camino hasta llegar al subterráneo, las personas me observan con desprecio y desden, algunas no pueden evitar hacer muecas de desagrado y es qué justamente ahora huelo terrible por todo el tiempo qué pase entré la basura, pero verdaderamente qué me siento terrible por no poder contar con nadie nunca, no tengo un sólo amigo, nadie me habla en la universidad, camino hasta el vagón final, nunca hay nadie ahí, casi siempre algunas parejas besándose, pero demasiado lejos de mi cómo para qué me puedan oler, eso espero.

"Axel" (Gay) © EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora