capítulo 14

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Jimin despertó con un fuerte
pinchazo en su abdomen que le
arrancó un grito de dolor. Sentía
como si su cuerpo se estuviera
consumiendo desde lo más
profundo de su interior. Nunca
había sentido un dolor como aquel.
Las lágrimas rodaron libremente
por sus mejillas mientras se retorcía
entre dolorosos espasmos. El
vacío en su cama solo empeoraba
su lamentable estado. Con gran
esfuerzo, consiguió incorporarse.
No había ni rastro de Jungkook y, si
no fuera porque su penetrante
olor a alfa seguía impregnado en
sus sábanas blancas, Jimin habría
creído que solo era un sueño. Las
imágenes de lo sucedido unas
horas antes en aquel colchón
se repitieron como en una vieja
película en la mente de Jimin. El
placer, la excitación, el alivio, la
desesperación..todo aquel cúmulo
de sentimientos encontrados que
hicieron que su cuerpo temblara
de la más exquisita manera. Y
ahora, nada, vacío. Las ganas de
llorar como un niño pequeño se le
hicieron insoportables, él quería...él
solo quería a su alfa, necesitaba
abrazarlo y hundir la nariz en su
cuello, aspirando aquel delicioso
olor que calmaba todo su ser. ¿Por
qué no estaba allí? Rompió en un
llanto lleno de sollozos lastimeros.
Con gran esfuerzo se incorporó y
alcanzó el móvil que descansaba
en su mesita de noche y marcó el
número de su mejor amigo. Tres
tonos exactos después, Taehyung
contestó.

-¿Jimin?

La voz al otro lado de la línea
sonaba extrañada.

- Tae…

Jimin sabía que su voz daba pena,
que parecía un bebé llorando
incontroladamente, pero le daba
igual. Él solo quería mimos y que su
alfa lo estrechara entre sus fuertes
brazos, y, sin embargo, no había
nadie ahí para consolarle.

- ¿Qué te pasa, cariño?
¿Y Jungkook? - Preguntó
Taehyung preocupado.

-É-Él n-no está.

- ¿¡Cómo!? ¿¡Te ha dejado solo!?

- ¿Por qué se ha ido, Tae?

Jimin sonaba como la persona más
triste del mundo, pero es que así
era justamente como se sentía;
triste, usado y abandonado.

- ¿Por qué no se ha quedado
conmigo?

Y una nueva oleada de sollozos le
impidieron seguir hablando.

-Voy para allá.

El silencio se implantó en la línea,
seguido por el inconfundible pitido
que indicaba el fin de la llamada.

Jimin se dejó caer de nuevo sobre
el colchón y se acurrucó bajo las
sábanas, el dolor de su abdomen
cada vez más intenso. Aunque
le hubiera gustado que su dolor
físico le distrajera de su agonía
emocional. Jungkook lo había usado,
se había divertido con su cuerpo
y después se había ido sin dejar
rastro. Jimin nunca se había
sentido peor. Aún recordaba el
suave roce de las manos del alfa
sobre su sensible piel, los jadeos
de placer y sus pupilas cargadas de
la más pura lujuria. Jimin se sentía
estúpido, estaba completamente
seguro de que lo era. Al final,
Taehyung tenía razón. Su omega
tenía un pésimo gusto y él había
acabado queriendo tanto al alfa
que era doloroso. Era demasiado
inocente, ¿por qué iba Jungkook a
querer estar con él? Jimin sintió
otro sollozo partir su pecho, para
aquel entonces, su almohada ya
estaba empapada de lágrimas.

Diez interminables minutos
pasaron antes de que se escuchara
la puerta de la entrada. Nunca se
había alegrado tanto de haberle
dado a Taehyung una copia de
las llaves. Escuchó unos pasos
acelerados subir las escaleras y
atravesar el pasillo, la puerta de su
habitación se abrió bruscamente,
golpeando la pared, y un jadeante
Taehyung apareció en el umbral,
su rostro mostrando una mezcla
de preocupación absoluta e ira
contenida.

intocable › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora