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[Se supone que debías ser cuidadoso. . .¡Dime que aún no es tarde!]

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Un susurro que poco a poco elevaba su tono fue audible para todos en aquella pequeña habitación, los primeros en investigar que ocurría detrás de aquella gruesa puerta de metal fueron la ardilla y la loba, pensaron que quizá esa sea una oportunidad para escapar de aquel infierno, y una vez tuvieron sus oídos pegados al metal, escucharon atentamente.

───── La comida espera. ─────  la voz de aquel erizo le dio escalofríos a ambos jovenes.

─────  ¿Están allí? ─────  preguntó la mujer.

Fue entonces cuando ambos chicos comenzaron a golpear la puerta y gritar por ayuda, sus otros dos compañeros se unieron al coro de voces que buscaban una mano amiga. Gracias a sus suplicas, escucharon como la mujer avanzaba velozmente hacia la puerta de metal, intentando ser detenida por las advertencias del erizo, pero fue inútil, la puerta se abrió y todos quedaron en silencio, atónitos.

Tras el marco de la puerta, aquel erizo azulado portando ropas femeninas soltó un suspiro, aliviado de ver que los 4 jovenes se encontraban bien; al ver sus rostros de miedo y confusión, hablo suavemente y con calma, buscando calmar su tensión.

─────  Tranquilos, él no los volverá a molestar. ─────  sonrió maternalmente, algo que generó, por extraño que parezca, un cierto alivio en el zorro de dos colas. ─────  Tiene prohibido hacerles algún daño, ustedes son un elemento esencial, la comida sagrada de algo más grande que él o yo.

Juntó sus manos, haciendo una leve reverencia en señal de disculpas, de ahí se retiro sin mediar palabra, dejándolos nuevamente encerrados en aquella prisión de ladrillo y metal.

─────  ¿Qué carajos...? ─────  susurró Ray, como si temiese que aquel extraño erizo lo escuchase.

─────  E-esta tratando de asustarnos, eso es. ─────  comentó la lémur, levantándose de la cama de un salto. ─────  ¡Vamos chicos, n-no dejen que los intimide! ─────  a pesar de su noble esfuerzo por darle ánimos a sus amigos, el propio nerviosismo de la chica la delataba, estaba también asustada.

─────  Tangle, déjalo ya. ─────  habló suavemente la loba, cabizbaja soltando un suspiro, la lémur se acerco a ella y la abrazo, reconfortándola.

Tails se hallaba pensativo y con un leve rastro de temor en su ser, pues temblaba levemente; se preguntaba sobre el porqué del extraño actuar de ese erizo azul, sobre a que se referían con "comida". . .¿Eran ellos? ¿Iban a ser devorados? Y si era así, ¿Por quién o qué?.

¿Eran ellos? ¿Iban a ser devorados? Y si era así, ¿Por quién o qué?

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