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Soy la última en salir de Le Dome. Le juré y prometí mil veces a Merit que estaría bien aunque sabía en mi interior que no era cierto. Vi a Gideon salir del café fingiendo que no me conocía, sin embargo me defendió de Paris y su madre. No tenía que hacerlo, me sé defender sola.

Ahora tendré que caminar a casa lamentándome que de nuevo, estaba equivocada.

Se avergüenza de mí.

Y será peor cuando sepa que también limpio en su empresa. Me rehúso a tener lástima de mí misma de esta forma. Prefiero tener lástima sobre estarme enamorando de un hombre que no merezco ni me merece.

«Estoy enamorada de él»

—No, no, no.

Niego con la cabeza sin parar mientras voy caminando bajo la luna llena. Sería una mala idea que me reuniera con los chicos y fuésemos a divertirnos esta noche, no lo sé. Supongo que no y menos cuando recibo la llamada de Gracie.

—¿Dos salidas en una semana? —Cruzo la calle, mientras hablo por mi móvil con mi amiga—¿Estás segura que estás bien?

Algo me dice que mi amiga también la está pasando mal por culpa de los hombres. Pero la diferencia es que sé quién es el culpable.

—Será una noche de chicas, solo unas copas y hablaremos.

—¿Le has dicho a Mona?

—Dijo que pasaría por ti después del trabajo.

Lo que fue hace unas tres horas aproximadamente y no he recibido ninguna llamada de Mona.

—Sabes, nos veremos en tu casa ahora mismo.

Como le dije a Gracie, la vería en su casa. Pero no me imaginaba encontrármela echa un lío, empezaron las copas antes de salir de su casa y los pocos minutos, Mona llegó. Alegando que estaba trabajando hasta tarde.

No hice preguntas. A estas alturas Gideon debió decirle lo que pasó en el café.

Y mientras estamos en el club, tomando unas copas y disfrutando de la noche de chicas, ella no deja de mirarme.

—Luces como la mierda—Dice Mona.

—Gracias—Respondo con sarcasmo—Es bueno que te lo diga tu mejor amiga.

—Me refiero a tu labio, está roto. ¿Por qué no me dijiste?

—A mí sí me dijo—Defiende Gracie con burbujas ya en su cabeza.

Tomo mi primera copa de la noche y me la llevo a la boca, terminándola de un solo golpe.

—No sabía que había exclusividad, supongo que si ya te enteraste debes saber lo que realmente ocurrió.

—¿Qué sucede contigo? —Apunta con desdén—¿Sigues molesta conmigo?

—No todo es sobre ti, Mona. No estoy molesta, solamente quiero disfrutar de mi noche donde Gideon no sea el tema de conversación. Es un hijo de puta oportunista.

—Me alegra saber que eso es lo que realmente piensas de mí, Ella.

Cierro mis ojos de manera exagerada como si esperaba algún tipo de grito o represalia al escuchar esa voz detrás de mí.

—Hola, Gideon—Escucho la voz de Mona.

—Hola—Continúa Gracie.

—Gideon ella es nuestra amiga, Gracie.

Twisted Cinderella  (Ya en físico y audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora