¿Reencarne en Harry Potter?

Capítulo 15

Cuando llegué a la sala común, no había llegado nadie aún, así que me fui directo a mi cuarto y me acosté. No supe cuanto dormí pero cuando desperté la sala común de griffindor estaba llena de alumnos, en los sillones junto a la chimenea se encontraba el trío de oro, Ginny y Luna. Las dos últimas al verme corrieron hacia mi, todos los ojos estaban puestos sobre nosotras y como no, se habían enganchado a mi como koalas.

Las dos comenzaron a hacer preguntas al mismo tiempo y yo movía los ojos mirando de un lado a otro confundida al no entender nada lo que me decían.

Hermione se acercó y las apartó de mi, estás se cruzaron de brazos con una expresión de indignación, la nombrada las ignoró dándome un calido abrazo, con gusto correspondí el abrazo, en mi otra vida nunca recibía ese tipo de afecto.

—¿Estás bien? — preguntó Hermione, tomando mis hombros mientras movía sus ojos por todo mi cuerpo , supuse que buscaba alguna herida.

—Estoy bien, no se preocupen, Madame Promfey dijo que no me rompí ningún hueso, así que... —hice una pausa y continúe —...estoy bien.

—Casi te nos ibas y todo por culpa de Malfoy —espetó Ron con enojo.

—Si, bueno el idiota anda por hay como si nada después de que casi mueres por él — habló Harry cruzándose de brazos igual de enojado que Ron.

—¿Saben que?, Olvidemos ese tema, si no fuese por mi Buckbeak habría sufrido la consecuencias, estoy segura que Malfoy iba a hacer lo posible para que el hipogrifo sea eliminado — expliqué.

—Tienes razón — dijo Hermione, los demás asintieron dando la razón.

—Hiciste lo correcto Adi... —dijo Luna con la voz risueña que la hace única, rodeó mis hombros con sus brazos acercó sus labios a mi oído disimuladamente me susurró —...acortaste muchas cosas —la miré extrañada por lo que acababa de decir, pero con Luna nada debe ser sorpresa.

Lo que restaba de la tarde me la pasé hablando con Ginny y Luna, que más allá de lo que decían los libros o las películas, esas dos eran muy cotillas y se sabían todos los chismes jugosos de Hogwarts, bueno, Ginny lo era más, Luna solo agregaba unas cuantas palabras y después se quedaba mirando a un punto fijo con una brillante sonrisa en la cara.

Más tarde me despedí de las chicas y subí a mi habitación para hacer las tareas que me había pasado Hermione.

[...]

Esté día me había despertado mucho más temprano que de costumbre, lo supe por el reloj en mi mesita que marcaba las 6:00 AM, me pareció raro, dado que me consideraba una haragana a la hora de levantarme y Ginny era la que luchaba conmigo. Luego comprendí porque era, había un frasco en mi mesita y al lado de este una carta que decía; Hay está, el último deseo que pediste, dáselo para que lo beba antes de la próxima luna llena, esa será su última transformación.

ATT: Todo.

Le agradecí mentalmente y luego de haberme arreglado baje a la sala común en silencio lo menos que quería era despertar a mis compañeras. Salí por el agujero de la dama gorda y está al verme me dió una mirada extraña, pero amable.

—¿Tan temprano cariño? —preguntó esta.

—No tengo sueño asi que aproveché para ir al comedor y leer unos libros —mentí, al mismo tiempo que levantaba la mochila cargada de cuadernos. Realmente planeaba encontrarme con Remus antes de ir a mis clases de pociones.

—¡Oh! Claro, ten cuidado —advirtió está, supuse que lo decía por los dementores que rondaban el castillo. Yo solo asentí y bajé las escaleras saltando.

Al llegar al despacho del profesor Lupín, toque con la esperanza de que estuviera hay.

No hubo respuesta.

Toque otras vez y tampoco hubo respuesta.

Estaba apunto de dar la vuelta resignada, cuando la puerta detrás de mí se abrió mostrando a un cansado profesor Lupín en pijamas pero con una taza en la mano de la que salía vapor.

Como la estúpida que soy me quedé observando un momento sin saber que decir, este me miró con una cara de confusión. 

—¿Puedo pasar? —Pregunté.

—Si, claro adelante —dijo indicándome que pasé. Ya dentro un olor a chocolate golpeó mi nariz, ¡Uff! ¡Amo el chocolate!

—¿Gustas de una taza de chocolate? —Pregunto el profesor luego de haberme dado una silla para sentarme. Asentí rápidamente con la cabeza, muy exagerada dada su expresion como si quisiera reírse.

Observe la oficina donde estaba, era simple, solo había un escritorio frente a mi y encima de este unos cuantos libros ordenados y otros desparramados, un tintero y una pluma (que por cierto estoy empezando a odiar), al frente de este una silla ¿Estilo mueble? Bueno como sea, en la pared solo había un cuadro de un gato y al fondo una puerta que supuse diriga a la habitación de Remus.

Reaccioné cuando Remus puso la taza de chocolate frente a mi, rápidamente la tomé dando un sorbo que literalmente me saco el alma. Agradecí el hecho de que Remus no halla notado mi estupidez.

—Entonces, señorita... —

—Adele, Adele Hale —dije.

—La que salvó a Malfoy de la patada del hipogrifo —afirmó este, para después beber de su taza.

—Ahora soy famosa —dije con diversión.

—Bueno, toda la escuela habla de ti y como recibiste esa patada por él, —dijo
—aunque mi curiosidad es saber ¿Porque está aquí y a esta hora? ¿Es por mi clase?, Sé que no pudo asistir porque estaba en la enfermería, no se preocupe en la próxima clase continuaremos hablando del tema que se trató. —continuó hablando.

—¡No!, No se preocupe Profesor, Hermione me explicó sobre el tema —mentí. Obviamente ya sabía sobre los boggarts.

—¡Ah! ¿Y entonces? — preguntó dejando su taza a un lado para prestarme atención.

—Quiero ayudarlo —Remus frunció las cejas con confusión.

—¿Ayudarme? —