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En enero se casaron cercas de un pueblo en Guadalajara. Lo eligieron porque era reservado y limpio. Cosas importantes para él delantero que juraba que las fotos un día formarían parte de un álbum que presumiría.

Se casaron un sábado a las seis de la tarde cuando el sol iba bajando y el frío aumentando. Justo cuando las familias habían llegado y sin darles oportunidades de nada, nada que no fuera vivir el momento. Del mundial ya había pasado tiempo, el mundo estaba obsesionado con otras cosas pero ellos seguían el uno del otro, la iglesia era pequeña, fue en San Ignacio.

No dieron tiempo de nada, ni de arreglos ni invitaciones, parecían apurados por finalmente acabar con eso e irse a esconder del mundo juntos. Porque si, aceptaban que era para callarse mutuamente, pero más allá, era para demostrar que no podían estar lejos él uno del otro por tanto tiempo, ya no

Lionel firmo primero y Memo Bromeó con salir corriendo, lo hizo enojar pero pudo encontentarlo cuando se le adelanto a ese beso corto y furtivo, un beso inocente que no se comparaba en lo mínimo en lo que le había hecho en el auto una hora antes, y claro, el haberle dejado las piernas temblando.

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-¿Cuantos hijos quieres?

Eso lo pregunto Memo fuera de la casa, justo en el porche de donde vivirían en su estancia en México. Aún llovía y estaban casados desde hacía unos días, su luna de miel se limito a ese jardín y con suerte a los alrededores del pueblito.

-Dos. Así sino tienen amigos jugarán entre ellos.

-¿Por que crees que no tendrían amigos?

-Tus genes y los míos harán niños muy raros. Al menos no serán tan pequeños.

-en verdad qué es algo que te importa.

El guardameta se termino sentando delante del argentino, en parte para verlo mejor, aunque en realidad solo quería asegurarse qué no se pusiera de nuevo tenso. Habían acordado, (no textualmente) qué Lionel trataría de calmarse y que Memo trataría de no ser un detonante.

La cosa iba mejorando de días, pero creían que una mejora, era una mejora.

Memo saco la cajetilla y le extendió un cigarro. El omega se negó, no porque quisiera dejarlo, solo que..., la cabeza le quería explotar. Fumaban de toda la vida, solo que a veces las responsabilidades los ocupaban demasiado. Era incluso gracioso pensar que era la misma razón que los hizo conversar.

El humo salió de sus labios y se dispersaba casi llegando al techo, a veces llegaba al rostro del argentino pero este no prestaba atención,

-Creo que mis hijos serían altos. Y eso es bueno.

-¿Quieres hijos?

-¿Qué omega no quiere?

-Y aunque no los quisieras, no importa.

-¿Por qué ? ¿Un alfa sin querer hijos? ¿Es una broma, verdad?

-Vivo la vida por ti, lo de los hijos es lo de menos.

Él delantero se inclinó y de entre los labios le quito el cigarro, y con ello una calada. Le paso el humo entre un beso corto y fue directito a sentarse en sus piernas. La única luz era la del foco del porche y nadie en el mundo los podría interrumpir.

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⏰ Última actualización: May 19 ⏰

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Desmarque de ruptura (Guillermo Ochoa/Lionel Messi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora