Prólogo.

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En las tierras de Orcria, que hoy ya respira tiempos de paz, la familia de Valko aguardaba con ansias el nacimiento de un nuevo miembro. Su aldea, una fortaleza de madera y piedra, se alzaba como un monumento a la resiliencia del pueblo orco. Las paredes robustas y las torres de vigilancia recordaban a todos los que las miraban que los orcos habían sido puestos a prueba en los años anteriores.


La noche del Naciri Festum, la aldea resonaba con las celebraciones. Las antorchas iluminaban las callejuelas empedradas y las estructuras toscas de la aldea, arrojando sombras retorcidas sobre los rostros endurecidos de los orcos reunidos. El aroma de la carne asada se mezclaba con la fragancia de las hierbas curativas que crecían en las cercanías. Valko, Un orco de dos metros y poco mas de altura, de cuerpo musculoso y manos grandes que habían empuñado incontables armas, era el centro de atención. Aunque su semblante era severo, todos conocian al gran Valko, carismatico y a pesar de no ser un excelente guerrero, era amado y querido por todos. Quienes habian luchado al lado de Valko en antiguas peleas de su juventud, habian podido ver lo que se guardaba dentro de el.. Un espiritu protector que a pesar de que por su caracter le costaba mostrar, en los momentos mas dificiles emergia como un incansable padre para todos.


Valko, miembro del ejército del antiguo rey orco, compartía historias de la Gran Guerra que había asolado Orcria hace treinta años. Hablaba de batallas encarnizadas, de camaradas caídos y de la brutalidad de aquellos tiempos oscuros. Los orcos, con su instinto insuperable para la pelea, habían luchado con ferocidad, todos en este instante se sentian inquietos al escuchar estas historias. Pero como no sentirse asi, este instinto unico que poseen los orcos los llama a pelear, los llama a tomar acciones antes que palabras, pero la Gran Guerra había dejado heridas profundas en su pueblo. Miles habían perdido la vida, otros habían sido esclavizados y algunos simplemente habían desaparecido en las sombras de la historia.


Grunk, aún por nacer pero ya destinado a ser un orco de gran envergadura, llevaba consigo la herencia de su raza. En el vientre de su madre, podía sentir el peso de la historia de su pueblo, una historia de luchas y sacrificios. Los orcos, si bien poseian una capacidad fisica superior y mayor peso que la mayorias de las otras razas de este mundo, no poseian una gran inteligencia, de hecho siempre fueron despreciados en el pasado por los Grandes conquistadores, pero encambio poseían una voluntad férrea que los había llevado a reconstruir su reino desde los cimientos. Las cicatrices de la Gran Guerra todavía eran visibles en las estructuras reparadas y en las miradas endurecidas de los orcos mayores.
La noche avanzaba y las estrellas brillaban en el cielo oscuro, recordando a todos los orcos la resistencia de su pueblo ante las adversidades. En medio de la algarabía y la camaradería, Grunk nació, un orco musculoso y robusto que encarnaba la fuerza de su pueblo. Desde su nacimiento, estaba destinado a ser un símbolo de la voluntad inquebrantable de los orcos y de su determinación para reconstruir su civilización, ¿Cual es el futuro que aguarda Grunk? Cuales son las historias y los misterios que guarda este mundo, entre maldad y bondad, muerte y vida, guerras y olvido.



Grunk y el Nuevo Mundo: La Historia ComienzaWhere stories live. Discover now