† XV †

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_____ seguía muda, concentrada en los gestos que su mejor amigo mostraba en todo momento. Claramente estaba orgullosa de Minho, pero eso no quitaba el que ahora estuvieran en la oficina del rector.

-Fue Bae el que comenzó -defendió Minho.

-Sin embargo, ahora está en el hospital -acentuó el hombre-. ¿sabe que eso puede ser catalogado como delito?

-Entonces, de ser así, tanto Bae como Minho deben someterse al mismo castigo, señor rector -defendió la menor.

-Bae está en el hospital, señorita Lim.

-Es correcto, pero su estadía ahí será de apenas unos cinco días como mucho, los dos están suspendidos como lo marcan las reglas estudiantiles y aún así, está castigando a Minho con trabajo físico cuando él solamente se defendió de uno de sus atacantes activos.

-¿Atacantes activos?

-Por favor, señor, usted sabe que Minho es acosado y violentado con total normalidad todos los días de la semana, y siempre se pasa por alto todas las agresiones contra su persona... pero ahora que él finalmente se ha defendido, todo mundo hace gran alboroto, ¿no es un poco injusto? -ladeó la cabeza-. Como presidenta del consejo estudiantil, me propuse respaldar en bienestar de mis compañeros... Así que le pido amablemente que se sancione equitativamente a todos los implicados en la pelea y me evite la necesidad de molestar al decano.

-¿Me está amenazando, señorita Lim?

La nombrada sintió el impulso de la adrenalina recorriéndole el cuerpo. Se sentía eufórica al reconocer el poder que mantenía en sus manos con el título de presidenta. Saberse defendiendo a su mejor amigo de esa manera la motivó a seguir sin intenciones de bajar su intensidad y fue también en ese momento que vio esa oportunidad que anteriormente había estado buscando. Así pues, se reacomodó en su asiento y cruzó los brazos sobre su pecho.

-Si estuviera amenazándolo, señor, entonces simplemente le diría que espere a que sean publicadas las fotografías de usted, saliendo sonriente de un prostíbulo.

El hombre enrojeció por completo. Sus ojos se abrieron de sobremanera y su lengua se enmudeció. Los mejores amigos casi podían asegurar que estaba a punto de arrojar humo por las orejas.

-¡Insolente! ¿De dónde has sacado gran falsedad?

«Gracias, chicas». Agradeció internamente a sus amigas, recordando cuando ellas le platicaron sobre ello hace algunos días atrás.

-No puedo revelar esa información, sin embargo, sí puedo ocultarla y... ahora que puedo darme el atrevimiento de amenazarlo -atinó, sonriendo-. Quite el castigo injusto a Minho y empiece a poner cartas en el asunto para con la problemática de uno de sus mejores estudiantes.

El hombre quiso matarla ahí mismo. Ya no tenía escapatoria, no podía echar a perder su matrimonio y carrera profesional sólo por el tropiezo de una noche. Él conocía a la chica frente a él como alguien pasiva, sin embargo, verla con los ojos brillantes y la sonrisa llena de malicia, le obligó a morderse la lengua.

-Me encargaré de ello, señorita Lim -masculló.

-Muchas gracias por su cooperación, señor rector, con su ayuda pronto seremos una sana comunidad estudiantil.

_____ se levantó, mirando a su mejor amigo quien la imitó al instante. Ambos le dedicaron una reverencia y salieron de la oficina. La menor aguantó la respiración tanto como sus pulmones le permitieron y soltó todo el aire de una cuando atravesaron la puerta principal del edificio.

-Oh, santo cielo, ¿viste eso, Min? -se emocionó-. Estoy segura de que iba a mearse en los pantalones... Sé que no debería decirlo, pero me sentí taaan bien. Por favor no les digas a mis padres que lo hice.

-Cuidado -advirtió jalándola, evitando que chocara contra un poste de luz.

-Oh, gracias -volvió a sonreír-. Creo que ahora sí podremos estar verdaderamente tranquilos -aseguró, pero se detuvo repentinamente-. Oh, espera... debes quedarte en casa todo el tiempo mientras yo esté aquí, ¿entendido?

-¿Desde cuándo mandas?

-Desde que te protejo el culo, maldito malagradecido -contraatacó-. Además, en serio, Minho, no puedes tomar esto a la ligera -le tomó del brazo, acercándolo-. Matar no es bueno, no puedes hacerlo, no quiero tener que visitarte y verte como si fueras alguna clase de Jeffrey Dahmer.

-No soy gay.

-¡¡Agh, sabes a lo que me refiero, idiota!! -bufó-. Tan sólo hazme caso y olvídate de todo eso.

****

Las dos chicas la jalonearon hacia ellas, haciendo gestos a los que quisieran acercarse con malas intenciones. Todos estaban enterados de la pelea y se sorprendieron cuando el equipo directivo y el mismo rector de la facultad los visitaron a modo de prevención anti acoso. Nadie sabía cómo, y era imposible tratar de entender cómo diablos es que Lim _____ había logrado que una de las cabecillas proteja al juguete de todo la universidad.

-¿Cómo lo hiciste? -indagó Hwang, en una voz bajita y cuidadosa.

-Ustedes lo hicieron por mí -respondió la menor, sin poder ocultar su sonrisa.

-No me digas que...

-Sí, la usé como as bajo la manga.

-¿Eso quiere decir que nosotras salvamos a ese bicho... perdón... salvamos a Minho sin querer?

-Sí, Lia -le golpeó el hombro-. De ahora en adelante todo aquel que busque agredirlo de cualquier manera, tendrá una sanción -sonrió, soñadora-. Que bellos los finales felices.

-Sí... Finales felices -repitió, Yeji, pinchándole la barriga con el dedo-. ¿Ayudarás a Seungmin con el concurso?

-¿Ayudarlo?

-Necesita proveedores, pero dirección se los está negando -hizo un puchero-. Seung canta como un ángel y es seguro que ganaría, pero estos bastardos sólo piensan en su patético y estúpido equipo de fútbol de mierda.

Las otras dos se rieron ante el drama molesto de la mayor. Yeji le sacó la lengua y frunció los labios, mostrándose infantil.

-¡Yah! Concordamos contigo, buscaré la manera de ayudarlo, primero debo hacer la presentación del presupuesto para la fiesta de fin de año.

-¿Y Felix? Él es el vicepresidente.

-Ya lo sé Lia, pero lo dejé concentrarse en sus materias, Estadística 2 está siendo difícil para él.

-Nosotras podemos ayudarte -sugirió Lia.

-Exacto, somos mejores amigas, nos gusta apoyarte en todo, además.

A _____ le brillaron los ojos, sólo de escucharlas decir aquello. Les sonrió en grande y las abrazó empalagosamente, chillando de manera aguda por la emoción. De pronto un gran peso se desvanecía de su espalda y se sintió estúpida por olvidarse que tenía a gran parte del mundo en la palma de su mano.

-Entregarás la mejor propuesta que esos tipejos jamás hayan visto en su vida -aseguró la mayor, con decisión en los ojos.

𝐍𝐀𝐓𝐔𝐑𝐄'𝐒 𝐌𝐎𝐂𝐊𝐄𝐑𝐘 || 𝐋𝐄𝐄 𝐊𝐍𝐎𝐖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora