† XXXII †

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De alguna manera, el ambiente se sintió notablemente diferente. Los rumores seguían hablando de la dulce y honorable chica que había herido de manera interesante a uno de los chicos más "pesados" dentro de la institución. Por supuesto, esto ocasionó que una parte de su imperturbable reputación se manchara, sin embargo, no supuso un gran declive para su imagen.

Por eso, en el presente, respondía educadamente a los saludos y les sonreía brillantemente como si su vida fuera la de una protagonista que está a punto de tener su final feliz. Sus ojos brillaban intensamente, igual que su sonrisa lo hacía. Tarareaba una canción bajita y el estómago le revoloteaba como respuesta a su naciente emoción.

Finalmente, luego de tanta espera, el gran concurso de canto se iba a llevar a cabo. La presencia de alumnos forasteros se hizo presente de manera obvia cuando estos mismos repasaban las construcciones de la universidad con entusiasmo. Sus bocas se mantenían abiertas y no podían evitar preguntar a los residentes sobre la dirección del auditorio donde se llevaría a cabo la ceremonia del evento. Su semblante brilló tan sólo un poco más cuando vio a compañeros de la facultad y otras carreras llevando las playeras con mensajes de ánimo que había diseñado en conjunto con Yeji.

 Al fin, parecía que iba a tener un poco de paz.

—¡_____!

El grito que la llamaba terminó completamente con toda la felicidad que estaba cargando en el pecho. De pronto todo el brillo se desvaneció y su sonrisa se endureció amargamente dejándole a su mejor amiga el sabor más feo de boca.

Lim quería irse de ese lugar. Realmente quería correr y evitar a su supuesta amiga que había resultado ser una traidora. Por supuesto estaba enojada, la fotografía había estado en su cabeza por ese par de días, tan fresca y enervante que le daban ganas de triturar todos esos recuerdos de una.

—¿Qué? —preguntó de manera mezquina.

—¿Podemos hablar? —inquirió.

—No creo que pueda —miró su teléfono—. Debo ir con Seung...

—Por favor —imploró, tomándole la mano—. No te quitaré mucho tiempo.

La azabache suspiró, tragándose la pesadez de sus pensamientos. Pensó que sería mejor si la enfrentaba en ese momento y no se prestaba a un juego de correr y ser perseguida. Así que no dijo más y simplemente la dirigió al interior del salón que estaba al costado suyo.

_____ se sentó en una de las butacas principales y vio con atención el nerviosismo de su amiga que se acercaba con los dedos engarrotados y las mejillas ardientes y rojizas. Lia se detuvo enfrente y con una sonrisa esbozada, le acercó una paleta de caramelo.

—Sabes que yo te adoro con todo mi corazón, te admiro y eres la hermana que no tengo... Uh, pero tal vez esto no va a gustarte porq...

—Ve al grano, Lia —le interrumpió.

La mayor se sorprendió mínimamente por la actitud ajena, parpadeó un momento y se recompuso, tragando aire.

—Yo..., empecé a salir con Felix —escupió, tomándole las manos—. Sé que entre ustedes hay una rivalidad, pero te juro que nada de esto es una jugarreta en tu contra, yo sigo estado de tu lado y siempre voy a defenderte por sobre todas las cosas, así que por favor, déjame intentar ser feliz a su lado...

Sus palabras salían suavemente, enfundadas en ese tono poco profundo y dulce, especial de ella. Sus ojos brillaban y la sonrisa en sus labios se escapaba de manera inevitable. En otro escenario, _____ se habría puesto contenta por la felicidad de su mejor amiga. Pero ahora, incluso si escupía pura verdad, Lim realmente no podría soportarlo. Claramente se sentía ofendida y cruelmente traicionada, independientemente de los cambios humorísticos a causa del embarazo.

𝐍𝐀𝐓𝐔𝐑𝐄'𝐒 𝐌𝐎𝐂𝐊𝐄𝐑𝐘 || 𝐋𝐄𝐄 𝐊𝐍𝐎𝐖Where stories live. Discover now