𝗖𝗔𝗥𝗠𝗘𝗦𝗜 - Prólogo

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Whitechapel, Londres; 1799

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Whitechapel, Londres; 1799.

—¿Q-que demonios me hiciste?

La joven de cabello oscuro sujetaba su cuello con fuerza, la sangre, tan rojiza como un eclipse de luna se escurría por entre sus finos y blancos dedos. Su mirada denotaba dolor y furia, todo mientras frente a ella veía como una mujer de cabello blanco y afilados colmillos largos reía suavemente, limpiando un leve rastro de sangre de la comisura izquierda de sus labios.

—Pienso que sería un enorme desperdicio dejar que esa belleza se perdiera con el paso del tiempo -dijo la mujer de cabello blanco ignorando su pregunta, riendo ladinamente y con tintes de sorna en su voz.

El dolor que atacó su cuerpo era enorme, cada extremidad y poro de su cuerpo dolían como el infierno, tanto así que la azabache creyó que moriría de dolor. La mujer en frente, a quién ella recordaba haberse presentado como Aria, se agachó a su nivel en aquel callejón oscuro.

—Me dejaste hechizada con tu belleza T/n, tanto así que no me pude resistir... Probar aquel dulce nectar, ese olor tan dulce... -musitó susurrando, tocando con sus labios su tensa piel, sintiendo la suavidad de estos, las venas en la frente y cuello de la azabache se estaban marcando- La preserve para siempre... Para toda la eternidad~

—¿¡Qué mierda me hiciste maldita!? -esta gritó, ahora retorciéndose de dolor en el suelo, su vestido de color rosaceo ahora estaba manchado con la suciedad del suelo- Arghh- D-duele!

Aria sonrió satisfecha con su trabajo, está terminó de limpiar la sangre de su boca y se puso de pie. Admirando la escena que ocurría frente a sus ojos.

—Cuando el veneno haga efecto me lo agradecerás eternamente, mi hermosa musa -esta dijo.

T/n, con sus ojos llenos de lágrimas solo pudo ver cómo aquella mujer de cabello blanco se alejó en medio de la oscuridad. Dejándola ahí, sintiendo como cada parte de su cuerpo se desgarraba de dolor.

 Dejándola ahí, sintiendo como cada parte de su cuerpo se desgarraba de dolor

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DUBUMYOUI

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