𝑯𝑼𝑵𝑻𝑬𝑹 𝑮𝑨𝑵𝑮 😎| 𝚡𝚒𝚔𝚎𝚛𝚜

𝟕𝟑: 𝑤ℎ𝑜 𝑤𝑎𝑛𝑡𝑠 𝑡𝑜 𝑙𝑖𝑣𝑒 𝑓𝑜𝑟𝑒𝑣𝑒𝑟

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⸻Febrero, 2023⸻

El amanecer estaba a punto de llegar. San y Katinka estaban en la habitación de ella, sentados en el suelo, junto a la ventana. San vendaba las manos de su amiga con esmero; trabajó concienzudamente y en silencio hasta terminar su tarea.

―Listo ―anunció, sonriendo. Pero Katinka no le devolvió la sonrisa―. ¿Cómo te sientes? ―preguntó.

―Mal ―respondió Katinka, mirando inexpresivamente sus manos vendadas.

―Te curarás pronto ―le aseguró San, esforzándose por conservar su optimismo.

―No es verdad ―replicó Katinka con seriedad―. Estoy maldita. Nada será lo mismo después de esta noche.

―Es normal que lo veas de esa forma ―reflexionó San―, pero no olvides que tus poderes también son una bendición. Eres especial, Tinka.

―Sí, tan especial que me secuestraron y me encerraron en una jaula ―masculló ella con sarcasmo.

―Pero ahora estás aquí. 

Katinka miró significativamente a San; su mirada lo decía todo, pero aún así decidió verbalizar sus pensamientos.

―Fuiste muy valiente, Sammy ―afirmó.

―No es para tanto...

―Me salvaste la vida.

―Para eso están los amigos ―bromeó San.

La fría mirada de Katinka se suavizó al oír aquella frase. 

―Gracias ―murmuró. Se acercó a San y apoyó la cabeza en su hombro―. Espero que la pesadilla haya terminado. 

San no quiso decirle que las pesadillas nunca terminaban para quienes tenían habilidades sobrenaturales. Por el momento, lo único que haría sería estar con ella y consolarla. Más tarde podrían hablar con calma sobre las cosas importantes. 

―No quiero esto ―dijo Katinka de repente, negando con la cabeza.

San intuyó que su amiga se refería a sus recién descubiertos poderes mágicos. 

―Nadie quiere al principio ―comentó.

―Solía pensar que necesitaba algo más en mi vida, pero, ahora que lo tengo..., sólo deseo que desaparezca ―añadió ella, cerrando los ojos. Algunas lágrimas se deslizaron por sus mejillas―. Nunca volveré a usar estos poderes, Sammy. Estoy cansada de ser un fenómeno. He sido un bicho raro toda mi vida y no quiero continuar siéndolo. 

San rodeó los hombros de Katinka con su brazo y la atrajo hacia sí con afecto. 

―No tienes que usar tus poderes si no quieres, Tinka. El verano está a punto de terminar y, cuando regreses a casa, todo volverá a la normalidad. 

Katinka suspiró pesadamente.

―Espero que tengas razón ―musitó, abatida―. ¡Dios! Nunca me han gustado los veranos, pero este ha sido particularmente horrible. ¡Cuánto desearía olvidarlo! 

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⸻Presente⸻

San se arrodilló junto al cadáver de Katinka, el cual Ju Yeon había colocado cuidadosamente sobre el sofá.

A simple vista, Katinka parecía estar dormida. Su brillante y sedoso cabello negro enmarcaba su dulce rostro y sus mejillas todavía conservaban un poco de color, lo que la hacía lucir como un ángel.

San no soportaba mirarla, pero, a la vez, era incapaz de apartar sus ojos de ella. Se sentía mal consigo mismo. Estaba profundamente arrepentido por sus acciones. Deseaba poder regresar en el tiempo para impedir que su amiga hiciera el exorcismo. Deseaba nunca haberla llamado. Deseaba no haber sido tan egoísta e impulsivo. Pero vivir como un pirata durante décadas le había enseñado que no bastaba con desear algo para que se hiciera realidad. Había que actuar, y rápido.

―Te prometo que este no es el final, Tinka ―susurró San, tomando la mano de su difunta amiga entre las suyas―. Te prometo que no descansaré hasta encontrar la manera de traerte de vuelta. La muerte sólo es una tontería. Estarás bien, ¿de acuerdo?

La voz de San se quebró en la última palabra y empezó a llorar otra vez.