Capítulo 12 | Envenenado

57 4 1
                                    

Bianca Ackerman

— Te seguiré Eren, pero dime en qué consiste tu plan. —

— Activaré el Retumbar. Es la única manera de obtener libertad. De liberar a Paradis de todos sus enemigos. —

— ¿El Retumbar? —

Así es, aplastaré al mundo entero, por ustedes. Les daré la libertad que nos pertenece y nos robaron.

— Está bien. Estoy de tu lado, Eren. —

•••

Este mundo ha sido tan cruel, pero aún así te amo, lo debes saber. —

Esa frase...

— Si es necesario, moriré para hacerte reaccionar. — fueron las últimas palabras de Porco antes de clavarse esa daga.

¿Yo... qué es lo qué estoy haciendo?

¿Para qué quiero libertad, si no la puedo disfrutar contigo?

¿Qué vale más? ¿La libertad o tu vida?
La respuesta es obvia.

No importa que deba de perder, no importa qué, siempre te protegeré.

Así sigue la canción, perdería mi libertad antes que perderte a ti.

Perdería mi vida antes que perderte a ti.

Antes de que la daga toque tu pecho, la tomé del filo y la arranqué de tus manos, arrojándola al suelo, lo más lejos posible.

La palma de mi mano sufrió las consecuencias, pero era nada comparado a perderte.

Mi sangre no tardó en aparecer, mojando toda mi palma y goteando en el suelo.

— ¡¿Cómo te atreves a matarte enfrente mío?! — grité a la vez que sanaba mi herida.

La sola idea de verte morir, hacia que me inunde en un mar de llanto y desesperación.
No sé en qué momento lágrimas cayeron de mis ojos. Pero estaba llorando. Y Porco también.

— Bianca, por favor no vayas con Eren. — pidió desesperado, sus mejillas también estaban mojadas con lágrimas.

— ¿Qué otra opción tenemos Porco? No sé me ocurre otra cosa para terminar con esto. — respondí igual de desesperada.

Por supuesto que no quiero destruir el mundo. ¿Pero hay otra opción?

— ¡Esa no es la manera! ¿Qué pensarán tus amigos? ¿Tus hermanos? — el volvió a gritar. Me miraba fijo con sus ojos llorosos.

Nunca lo vi así a Porco. Tan desesperado, y mucho menos llorando de esta manera.

¿Qué pensarán mis seres queridos si supieran lo que estoy haciendo?
¿Me... me odiarían?

— Juntos buscaremos una solución. Tiene que haber otra manera. Pero por favor, no vayas con el. — volvió a suplicar, colocando sus manos en mis mejillas y secando mis lágrimas.

Leoncito... nunca podría abandonarte.

— Porco... ¿Y si no existe una solución? ¿Si no existe otra manera? — ese era mi miedo.

Si existiera otra manera ¿Por qué Eren no recurrió a eso antes que al Retumbar?

— Tiene que existir otra manera, y sino... moriremos juntos buscando una solución. Porque de tu lado no me voy a mover y no aceptaré vivir en esa clase de mundo. — respondió Porco, ya no lloraba y hablaba con más seguridad.

¿De verdad existirá otra manera de resolver esto?

— Está bien... me quedaré contigo. — al decir esto, Porco suspiro aliviado. — ¡Pero nunca más vuelvas a hacer eso! Creía que habías muerto hace unos días, no lo podía soportar y tener que volver a verte muerto... — la sola idea de pensarlo me destrozaba el alma. Abracé a Porco tan fuerte que creo que le rompí una costilla.

Cicatrices en MarleyWhere stories live. Discover now