Un Plan Muy Black

Capitulo 14

Anteriormente en Un plan muy Black:

Después de una noche horrible llena de visiones de Voldermort, Harry se despertó sintiendo la necesidad de expulsar algo de frustración. Había aprendido hechizos mucho más interesantes de los tres Grimorios Familiares que encontró en las bóvedas de Gringotts. Después llegó el momento de ir a casa de los Longbottom. Allí se reunió con Neville y Augusta Longbottom, la señora viuda de la casa Longbottom. Después de que él les explicara por qué había acudido a ella en busca de ayuda, ella accedió a entrenarlo en todo lo que pudiera. La feroz anciana también lo adoptó como otro nieto.

Después de aquel encuentro, se reunió con Neville para dar un paseo por los terrenos de la mansión. Harry necesitaba explicarle algunas cosas a su amigo sobre lo que había descubierto este verano. Neville se sorprendió pero le prometió su apoyo a Harry en un Voto. Harry también se acordó de Winky mientras estaba en la mansión Longbottom. Cuando volvió a casa le pidió a Dobby que fuera a hablar con Winky por él. Si la elfa lograba mantenerse sobria, Harry le pediría que formara parte de su familia cuando volviera a Hogwarts. Winky aceptó encantada, según Harry. Según Dobby, Winky aceptó encantada.

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Había pasado una semana desde el encuentro con su nueva abuela. Seguía sintiéndose raro llamarla así, pero también era algo agradable. Y se daba cuenta de lo mucho que significaba para ella que otro niño volviera a llamarla abuela. Podía imaginar que ella había esperado tener más nietos antes de aquel horrible día en que su único hijo y su mujer fueron atacados.

Harry fue a la mansión Longbottom todos los días desde aquel primer encuentro una semana atrás. Estaba aprendiendo mucho sobre cómo debía comportarse como Lord en el mundo mágico y, sorprendentemente, también en el mundo muggle. Al principio parecía anticuado, pero a Harry le gustaban las reglas claras que tenía esta nueva sociedad, al menos para él. La abuela era una profesora estricta que sabía mucho de su materia. También era sorprendentemente astuta. Harry tenía la sensación de que podía aprender mucho de ella. Algo más que política y cultura, como había pensado en un principio.

También era reconfortante saber que, como Lord Black y Lord Slytherin, era uno de los nobles de más alto rango de Gran Bretaña, si no el que más. Mientras siguiera las reglas y el comportamiento que Gran le estaba enseñando, nadie que fuera tradicional, así que la mayoría de los sangre pura en realidad y algunos de los mestizos, se atreverían a hacerle daño. Si lo hacían, serían llamados para siempre Traidores a la Sangre.

Traidor a la Sangre significaba algo diferente de lo que él había pensado. Era más que un insulto. Era una declaración. Una declaración de que la familia declarada Traidor a la Sangre no era de fiar. Que no eran dignos de la magia de su sangre debido a una traición muy grave. La mayoría de las veces se trataba de un voto roto. Dejaba una tensión visible en la magia de una persona si se dejaba allí. Podía durar generaciones.

Esto es lo que le ocurrió a la familia Weasley hace unos trescientos años. Hubo un incidente con la familia Malfoy y un voto roto. Perdieron su estatus, su riqueza y el respeto de sus compañeros brujos y magos. Aún perseguía a la familia Weasley después de trescientos años. Había una forma de librarse de la carga de ser un traidor a la sangre, pero la mayoría de la familia parecía casi orgullosa de ello. A Harry le resultaba extraño ahora que sabía lo que significaba.

¿Por qué iban a dejar una carga en su magia si podía eliminarse?

El Señorío que había heredado también significaba que tenía un estatus superior al de Malfoy. ¿Y eso no era graciosísimo? No podía esperar a ver su cara cuando se supiera.

La abuela también le estaba enseñando sobre la política del Mundo de los Magos. Era un poco aburrido, pero también, con algunos temas, muy interesantes. Harry no sabía casi nada de la política del mundo mágico, pero sabía lo que le gustaría cambiar en él.