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El día el partido había llegado.

Lalisa no había dormido nada pensando en que este partido iba a definir un montón de cosas, por ese partido podría ganar una beca. 

Estaba sentada en el comedor, su estómago se revolvía y sentía sus manos sudar, estaba a solo dos horas de jugar en frente de todo el mundo, incluyendo sus padres. 

Jennie en esos momentos estaba en frente de ella, unos palillos con Bulogi en sus manos y una expresión de enfado en su rostro.

—Lalisa Manoban, tienes que comer. No puedes jugar un maldito partido de casi dos horas con el estómago vacío te vas a desmayar. —gruñó Jennie sintiéndose frustrada con su novia.

—Nini, es que no puedo si lo como voy a terminar escupiendo y no quiero ensuciar tu bello rostro. —Jennie bajó el Bulogi mientras suspiraba. 

—Lisa, entiendo que estés nerviosa pero he visto como te esfuerzas de más en esos partidos. En el último que tuviste estabas mareada, no creas que no lo recuerdo. —le apuntó con un palillo. —Ese día habías almorzado, ¿Qué pasaría si no? Vas a desmayarte. 

—¿Y porque no lo ponemos a prueba?. —Jennie arrugó la nariz y frunció el ceño. —Yo... Perdón, perdón, es solo que... Agh.

—Mira, faltan tres horas para el partido, para eso la comida ya se habrá pasado, ¿Por qué no comer?. —trató de convencerla. — No tienes que comerlo todo, pero solo come algo para siquiera tener algo en el maldito estómago, si no quieres comer esto puedes comer algo más ¿No te gusta el Bulogi?.

—Ahora mismo no. —respondió Lisa. 

 —Bien, ¿Qué quieres comer?.  

 —Nada, tu come tranquila.  —trató pero fue completamente en vano, la menor al parece no iba a estar tranquila hasta que Lisa comiese un sándwich. Hubo una batalla de miradas entre ellas, pero Lisa sabía que discutir con Jennie no era opción. La menor sabía mucho más de nutrición que ella y tenía todas las de ganar.  —Una ensalada.  —se rindió finalmente, tomó su billetera sintiendose regañada.

 —No era tan difícil, ¿Verdad?.  —una sonrisa triunfante estaba en su rostro y rechazó el dinero de Lisa.  —No, no. Yo invito.  —luego caminó a la cafetería caminando contenta. 

 —Vaya, Jennie es verdaderamente muy linda.  —comentó Jihyo y Lisa asintió.

 —Lo és, pero la vi con algo de fatiga, parece cansada y se ve así desde hace varios días.  —opinó viendo a la menor pidiendo la ensalada. 

 —Probablemente se duerme tarde, no me sorprendería las personas más inteligentes suelen dormir hasta muy tarde. —intervino Rosé y Lisa negó.

—Puede ser más inteligente que el maldito William James, pero no debe hacerlo.  —se cruzó de brazos y vio a Jennie llegar con la ensalada en manos. Era de pechugas de pollo. 

 —Abre la boca grande, que entra en avión.  —Lisa rodó los ojos. 

 —Que graciosa. 

 —Lo sé.  —sonrió de lado.  —¿Aderezo?.  —Lisa alzó una ceja con el estómago aún revuelto.

—¿De qué es?.  —Jennie miró el sobre.

—Salsa César.  —Lisa hizo una mueca y negó. En su vida había probado eso. 

—No, no quiero.  —Jennie asintió y tomó ensalada.

Nerd. -Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora