十三

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Akutagawa se encontraba en una misión, y no llegaría hasta pasada la una de la madrugada.
El pelinaranja no quería interrumpir a su novio, así que hizo lo posible por calmar su celo él mismo; buscó entre cajones y su closet algunas prendas que Ryūnosuke tenía en su casa. El aroma del beta se sentía de manera muy débil, Chūya olfateó la ropa queriendo más de ese olor a té negro que ahora podía percibir del más jóven.

—Ryu-ugh— acostado sobre las sábanas ya desordenadas, Nakahara olía el pijama de su novio mientras se masturbaba para calmar el calor que sentía recorrer por todo su cuerpo.
Sin embargo no pudo correrse por más que sentía que ya casi llegaba al clímax. Sus instintos le rogaban que se metiera dentro del pelinegro, necesitaba sentir el calor de sus entrañas alrededor de su pene y enterrar su nudo dentro de él hasta llenarlo con su semen y dejarlo embarazado. Sus fantasías se vieron interrumpidas por el sonido de la puerta principal siendo abierta.

—Aku— suspira para sí mismo antes de salir corriendo y caer sobre él tán esperado beta.
Akutagawa todavía no había procesado que pasaba cuando Chūya invadió su boca con su lengua caliente y húmeda, desvaneciendo cualquier queja o cuestionamiento en un instante. Apenas entendió qué estaba pasando, correspondió al beso y cruzó sus brazos sobre el cuello del mayor; para que ni cinco segundos después, sintiera las manos contrarias agarrar sus muslos con fuerza y cargándolo, llevándolo a su habitación.

—Chūya, espera— jadea cuando logra separarse del acalorado beso, jadeando, respirando continuamente para recuperar su respiración normal mientras analizaba la situación en la que Chūya estaba. El sudor, su temperatura, la necesidad en sus actos y sus pupilas muy dilatadas.  —¡Oh, entrast-mhn!— no pudo terminar de hablar cuando Nakahara lo deja caer contra la cama y se pone sobre él.

Chūya lo miraba con deseo y lujuria, sus pupilas tan dilatadas el azul de sus iris era opacado por el oscuro deseo de poseerlo. "Está tan desesperado, debió haber esperado mucho" pensó Akutagawa un instante antes de notarlo, Chūya había estado esperando quién sabe cuántas horas, sin poder aliviar su celo tan siquiera una vez.

"Los alfas y omegas necesitan un compañero en los primeros celos, especialmente en el primero, para poder sobrellevarlo" recuerda haber escuchado en alguna parte.

—Chūya, amor— habló con un tono tranquilo al saber que es lo que le pasaba a su pareja —sé que has estado esperando mucho— intentó tranquilizar al otro, pasando su mano por la mejilla sonrojada por el calor, de manera suave y amorosa —pero necesito prepararme para que entres en mí— le dió un casto beso a Chūya e intentó moverse, pero el mayor gruñó y enterró su cara en el cuello de Ryūnosuke, acostándose más sobre el delgado cuerpo para no dejarle escapatoria.

—No Aku, quiero estar en tí ahora— dijo con una voz ahogada en necesidad y deseo.

—Tranquilo amor— Akutagawa acarició el cabello naranja con delicadeza, tratando de distraer un poco al alfa —puedes follarme la boca mientras lo hago—.

Akutagawa se acercó a la mesita de noche y del cajón sacó una botella de lubricante, se quitó toda la ropa y sus rodillas tocaron el suelo, acomodándose para tener el miembro de Chūya frente a su cara. Pequeñas gotas de presemen humedecen la cabeza rosada y bajan por el resto de la piel. Ryūnosuke cerró su mano sobre la circunferencia y lo masturbó lentamente, oyendo los jadeos y gruñidos que salían de Chūya.

La estimulación distrajo lo suficiente a Nakahara para que su novio pudiera empezar a prepararse con sus propios dedos llenos de lubricante; justo antes de insertar el segundo dedo, sintió un fuerte agarre sobre su cabello.

—Mételo ya— ordenó Chūya tirando la cabeza de Akutagawa más cerca de su erección, quien con gusto empezó a dar lamidas y meter la cabeza del pene en su boca —Aku-agh, más— el alfa volvió a tirar de Akutagawa, haciendo que tuviera la mitad se su miembro dentro de la cálida y húmeda cavidad que poseía el menor.

A ese punto Ryūnosuke ya tenía tres dedos dentro de él, moviendolos en tijeras para dilatarse aún más, esperando que fuera suficiente para el nudo que sabía que tendría que recibir en su cuerpo.
Sin pensarlo mucho más, sacó sus dedos de sí mismo y de inmediato tragó todo el pene de Chūya en su boca, el cual dió un grito y gruñó al sentir su garganta cerrarse por momentos alrededor de su pene. Repitiendo esto unas veces más, hasta que Akutagawa se separó para tomar aire.

—Ya estoy... listo— jadea, mientras intenta regular su respiración, luego se levanta del suelo, colocándose sobre sus codos y rodillas encima de la cama, presentándose a su alfa.
Chūya no espera más y se pone detrás de su pareja; empujando su espalda superior más abajo, Aku entiende lo que quiere y se deja caer sobre las almohadas, dejando solo su entrada a la altura que Chūya necesita.

El alfa no pierde más tiempo y penetra al beta; Ryūnosuke siente que la preparación debió tardar un poco más, pero la serie de embestidas salvajes le borra ese y todos los pensamientos de la mente.

El sonido de las pieles chocando inundaron de inmediato la habitación, junto con los gemidos, jadeos y gruñidos por parte de ambos mafiosos. Chūya tenía solo dos metas en mente: llenar a su lindo novio con su semen y hacerlo venir hasta que se desmayara.
Ambos objetivos que estaba trabajando para lograr, golpeando casi cada embestida contra la próstata del menor; sacando los sonidos más lindos que Chūya podía escuchar: su nombre siendo gemido por los labios de Akutagawa.

—¡Chuya-ahh!— gime de manera pornográfica al llegar a su primer orgasmo, sin embargo su pareja continúa arremetiendo contra su, ahora, hipersensible cuerpo.

En un momento de lucidez se da cuenta que Chūya todavía no había terminado, significando que tendría que aceptar el nudo en sus entrañas para poder darle algo de liberación a su pobre pareja.
Luego de unos segundos, el beta siente como Chūya busca meter su nudo; también que sus embestidas se vuelven cada vez más rápidas y fuertes.

Akutagawa sabía que el cuerpo de un beta no estaba diseñado para recibir un nudo, si era difícil para los omegas, era aún más problemático para un beta.
Aún así relajó lo más posible su cuerpo, y sintió cómo el alfa presionaba más fuerte el nudo contra su entrada, forzandolo a entrar.

Y dolió, claro que lo hizo, las lágrimas saliendo de sus grises ojos eran muestra de ello, pero lo tuvo que soportar por ayudar a su amante. Agarró lo más fuerte posible las almohadas frente a él, haciendo que sus nudillos se volvieran aún más blancos; Chūya se había detenido, oyendose solo su respiración agitada y los gruñidos que soltaba cada que apretaba su interior inconscientemente.

Akutagawa exhaló profundamente, obligando a su cuerpo a soltarse lo más posible. Sentía como el nudo se volvía más grande, definitivamente se sentía enorme; pero debería de ser poco, muy poco, menos grueso que una lata de refresco.

—Chūya, puedes moverte— habló con tensión en su voz, pero eso pasó desapercibido para el ejecutivo de cabello naranja; quien empezó a embestir nuevamente, ahora con un ritmo más lento por culpa del nudo, lo cual Ryūnosuke agradeció un poco.

No pasó mucho cuando la penetración comenzó a ser más errática y superficial, el orgasmo del alfa estaba cerca, la primera liberación, de muchas más, en su primer celo. Segundos antes de llegar al clímax, acercó su boca al cuello limpio de Akutagawa, en el cuál enterró sus dientes en busca de marcar a su pareja. Con esto Chūya derramó tiras de semen dentro de Ryūnosuke, quien no podía estar más feliz por ayudar a su novio y que este lo haya marcado.

—Ryū-ah, ahora eres mío— susurró en el oído del pelinegro, provocando que este se estremeciera y jadeara un poco. —nadie más, puede tenerte ni verte cómo estás ahora, solo yo— empezó a besar la espalda pálida de su menor. —Y ésto— tiró un poco del nudo que los mantenía unidos, provocando un gemido por parte de Akutagawa —es muestra de que no puedes irte de mi lado, entendido?— terminó de hablar esperando la respuesta de su beta.

—Siempre Chūya— habló luego de unos segundos,—siempre he sido tuyo— contestó besando la mano de su novio que estaba junto a él. Sintiendo como el pene de su alfa se volvía a llenar ante sus palabras,

╏ ChūAku ╏one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora