Blood Moon [Kookmin] - Pausada

Prólogo

Ocho y media de la noche, una mujer de cabello rubio temblaba del frío mientras intentaba finalizar su ritual, aunque no tenía la fuerza física que necesitaba para continuar, su sed de venganza le daba la motivación suficiente para seguir.

Con su daga negra hecha de un material indestructible cortó su palma de la mano y con aquella sangre que brotaba de la cortada dibujó los símbolos para sellar el ritual de invocación.

Tras unas palabras en latín, aquel pentágono en el suelo de aquella roca brilló de un color rojo intenso, miró al cielo con las manos levantadas y clamó más fuerte con mucha devoción, la luna empezó a cambiar.

—¡Sangueos, in manu lapidea! ¡Inimicos meos destrue! ¡et animas eorum suscipe, tibique prono! —exclamó mientras seguía alzando la voz y luego cayó con ambas manos al suelo en completa devoción — ut cor meum in pace sit…

Con eso último

Tras repetir la misma frase, finalmente pasó… enfrente suya apareció él, había sido terminada la invocación con éxito.

Se dice que cuando Sangueos, mellizo de Lelim, y Ametrine, la poderosa hechicera que logró invocarlo, se vieron por primera vez, la luz roja que proyectaba la luna posó sobre ellos, algo que ellos consideraron como una señal del universo estando a favor de aquella unión.

Pero no todos estaban de acuerdo y como fruto de aquel amor prohibido nacieron sus descendientes, ninguno de los dos sabía el efecto mariposa que se crearía después del nacimiento de sus trillizos.

—Nonne formosa est?
(¿No es hermosa?) —Le preguntó a su amada mostrando a su hija mayor —. hereditatem tuam pulchritudinem
(Heredó tu belleza)

Ella sonrió mientras lo veía con la bebé en brazos.

—Les espera algo grande a todos… puedo sentirlo —Miró a sus bebés en brazos, sonrió por la visión que había tenido durante el duro parto —. Nuestra descendencia será próspera y muy poderosa… —dijo esto al ver a su hijo menor

—Ya lo creo —se acercó a ella y se sentó a la par suya

—Quiero cargarla —pidió, Sangueos le pasó a su hija y tomó a los otros dos —. Mi Luna y mi Sol eres… mi hermosa Lucilla… —Sonrió mientras la veía, sus ojos conectaron con los de la pequeña niña y entonces supo que algo estaba por pasar, aquella sonrisa se desvaneció

—¿Qué pasa? —pregunta preocupado, podía percibir el aura pesada de su amada —. Responde, quid mali?

—Damnare liberos sunt
(Van a condenar a nuestros hijos)

—quis?
(¿Quién?)

Ametrime lo miró cuando un fuerte viento abrió la puerta de la habitación donde se encontraban descansando, Sangueos cubrió a su amada e hijos con su mismo cuerpo.

La unión entre un demonio y una humana está prohibido por qué afecta al equilibrio que debe permanecer intacto y dividido entre ambos planos. Por lo que el fruto de aquella unión se considera una blasfemia.

Como la regla fue rota por Sangueos, Dios castigará a su descendencia, tal como Ametrine predijo.

Dios pidió a cambio del perdón la sangre derramada de Ametrine, ya que todo ese desequilibrio empezó cuando ella hizo el ritual de invocación.

—Si para cuando la luna esté en su punto más alto su sangre no quieres derramar, entonces a los tuyos voy a atormentar y a todos aquellos que en estas tierras quieran habitar

Se escuchó la voz y la furia que transmitía esta

Si Sangueos no quería que sus hijos pagaran, debía asesinar a su esposa, pero aquella “maldición” que se le había puesto a su descendencia se repetiría cada 500 años, ya que rompieron de nuevo la regla cuando el hijo menor, Dracses, siguió regando su sangre hasta crear una legión de su descendencia.

Lo único que podría dormir a las criaturas que serán despertadas, es la sangre de Ametrine, pero al no estar ella, sería el descendiente que sea más cercana a su sangre, ósea su primera hija y toda su línea sanguínea de primogénitas.

¿Qué pasará cuando siglos después de todo esto hubiera una falla? Es decir, la primera hija no fuera una niña, sino un varón que posiblemente sea igual o más poderoso que ella.

Mi nombre es Park Jimin, soy hijo de un respetado cazador de vampiros, aunque
crecí como un simple campesino con una
rara y peculiar condición; nací con un
propósito mucho mayor, uno del que
jamás hubiese imaginado.

Mar., 17 oct 2023