Capitulo 13 - Diamante

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Tranquila rubia... solo me iré por tres días, mis papas dicen que no te puedo llevar conmigo, pero no te preocupes, solo es una una reunión familiar, cuando vuelva estaré aquí lista y con los brazos abiertos para tu cumpleaños — Dijo con una tierna sonrisa a su mejor amiga

¿Lo prometes Wanda? — Pregunto con voz temblorosa Yelena desde que sus padres murieron el año pasado, Wanda se había encargado de cuidar a Yelena como su hermanita menor 

Wanda suspiro y la enrollo en sus brazos protectoramente — Lo prometo Yelena, volveré por ti    Wanda tenia 16 años y Yelena solo 13 y sin padres, eso ocasiono que se creara un vinculo de dependencia de Yelena hacia Wanda  — Ya debo ir me, rubia — Le dio un beso corto en la frente mientras su madre gritaba para que regresara pues debían irse ya

Años atrás, Yelena vivía en un cálido hogar con sus padres, cuando tenia 5 años llegaron los nuevos vecinos... los Maximoff, básicamente Wanda y Yelena se hicieron inseparables desde que se vieron ese día en la mudanza, Yelena era hija única pero Wanda si tenia un hermano gemelo que vio muy pocas veces de pequeños pero siempre se relaciono mas con Wanda,  cuando sus padres murieron, Yelena fue llevada a un orfanato pues no hay ningún otro familiar vivo que la aceptara, pudo ser una mala experiencia llevar eso sola, pero nunca se sintió así... sola, Wanda se encargo de eso, se veían todos los días sin falta.

Hasta luego Wanda — Dijo con un nudo en la garganta para luego verla marcharse.... los días que pasaron fueron horribles para Yelena, estaba sola, lo único que hacia era contar los minutos para que Wanda volviera... Hasta que el día por fin llego, después de la escuela, corrió hasta la casa de los Maximoff y se sentó en el porche de la casa para esperar a su amiga con una sonrisa. Pero con el pasar de las horas esa sonrisa se fue desvaneciendo. Los Maximoff no volvieron, al rededor de las 11 de la noche una patrulla se encargo de llevarla de vuelta al orfanato pues la creían desaparecida.

Todos los días después de la escuela, Yelena se iba a la casa de los Maximoff pensando que quizás se atrasaron un poco, a decir verdad sufría cada vez que iba pues mirar como una nueva familia se hospedaba en su ex-casa no era trabajo fácil. La rubia se mantuvo en esa rutina hasta que pasaron, semanas.... meses, se había cansado de esperar — Mentirosa... — Esa tarde, en ese porche de los Maximoff con el sol ocultándose,  Yelena se levanto, apretó sus puños con tanta fuerza hasta que se pusieran blancos — Eres una mentirosa... Te odio... Wanda Maximoff.... Te odio — Con su ceño fruncido comenzó a caminar, solo que no de regreso al orfanato.... esta vez tomo un camino diferente...

[...]

Yelena caminó con prisa por el oscuro callejón, acortando el camino en dirección al lugar que era de su interés. Kate sujetaba su mano con algo de fuerza, evitando soltarla desde que bajaron del auto para adentrarse en aquellas oscuras calles, pudiendo divisar personas en los rincones y otras escondidas en lo profundo de aquel callejón sin salida.

En el momento en que Yelena se detuvo frente a la puerta trasera de uno de los altos edificios, Kate tragó con fuerza y la rubia le dio varios toques a la puerta, ajustando un poco su buzo oscuro en el proceso. Pasaron unos minutos y Kate dejó la mano de Yelena para aferrarse por completo a su brazo, haciendo que ella la mirara con una sonrisa un tanto burlona. Entonces una rejilla se abrió en la puerta y Kate dio un pequeño salto en su sitio al encontrarse con unos marrones ojos clavados en ella.

What does the fox say?

La pelinegra arqueó una ceja a la pregunta que la ronca voz acababa de hacer en un extraño tono melodioso y observó a Yelena con interés. La rubia soltó un suspiro y contestó con desgano.

Ring-ding-ding-ding-

Nu-hum.... conoces el protocolo.

Volvió a hablar la lúgubre voz y Yelena gruñó.

Mi Humana Favorita (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora