Capitulo 19 - Ojos

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Respiraba lento, tratando de que su pecho no subiera o bajara más de la cuenta. Kate sintió un picor en su barbilla, no obstante, se abstuvo de rascarse, permaneciendo en su lugar en la cama, con sus ojos fijos en algún punto de la habitación, desviándolos en algún momento hasta Yelena; que mantenía sus ojos un poco estrechos mientras continuaba con su trabajo.

Tenían tres meses y un par de semanas en aquella ciudad y Kate ya se había acostumbrado a la zona en la que vivían. La vampira sacaba a Lucky a hacer sus necesidades en la noche, mientras que Yelena lo hacía durante el día antes de marcharse a su academia de artes y algunas tardes apenas llegaba de la misma.

Kate preparaba su desayuno y la rubia volvía para almorzar en casa; en la cual permanecía un par de horas antes de marcharse al bar en el que trabajaba; preparaba la cena antes de que Yelena llegara a casa, luego de haber sacado a Lucky y alimentarlo.

La rubia llegaba pasada las diez de la noche y apenas terminaba de comer tomaba una ducha y se iba directo a la cama.

Solo durante las tardes pasaban unas horas juntas, en las cuales podían pasar un rato viendo televisión o haciendo cosas más entretenidas para la rubia, quien algunas veces convencía a su vecino del piso de abajo, un niño de diez años, para que cuidara de Lucky durante un par de horas y él aceptaba gustoso ya que parecía agradarle demasiado el cachorro.

Pero desde que comenzó en la academia, Yelena utilizado las tardes de las últimas dos semanas exclusivamente para hacer aquello, ya fuera que estuviera Lucky o no. Utilizaba velas para la iluminación de la habitación, colocándolas siempre en los mismos lugares y entonces, solo cuando arreglaba la cama, sobre la que Kate se sentaba en la misma posición solo para permitirle a la rubia acomodar varios mechones de su cabello en sus hombros o frente.

— Diablos... — Soltó Yelena en una especie de gemido. Kate alzó una ceja a ella, pensando que quizás había arruinado su trabajo de alguna forma, no obstante, la rubia soltó una pequeña risa segundos después, pasando una mano por su rostro — Eres caliente incluso en una pintura.

— ¿Terminaste? — Yelena asintió con su cabeza y Kate soltó un suspiro de cansancio. Jamás pensó que permanecer en la misma posición durante horas fuera tan doloroso — Por fin, estaba durmiéndome.

— ¿Quieres verlo?

— ¡Por supuesto! — Kate se bajó de la cama y caminó unos pasos hasta donde se encontraba Yelena, observando el lienzo frente a la rubia. Abrió sus ojos con sorpresa ante lo que había hecho la rubia y pestañeó un par de veces atónita — Eso es... esto... yo soy... ¿Me veo así?

Yelena rió ante su respuesta y ella la miró totalmente seria.

— ¿Qué quieres decir? Te has visto en fotos... bueno, en tu identificación.

— Correcto, y hay un retrato familiar que siempre ha estado en mi mente desde que me convertí en esto, pero incluso allí no me veo así, tan... bueno, tan así  — Yelena volvió a reír y esta vez ella no pudo evitar sonreír al escuchar la risa de la rubia — Lo digo en serio, creo que entiendo por qué no puedes mantener tus manos lejos de mí.

— Ahora puedes verte como yo te veo, excelente — Comentó la rubia entre risas, dejando su pincel a un lado para llevar sus manos a la cintura de la pelinegra que llevó las suyas hasta sus hombros, acariciando su cabello. Yelena se irguió en su lugar, tratando de llegar a los labios de Kate sin levantase de su banco y entendiendo el gesto, Kate se inclinó para alcanzarla, uniéndose a ella en un beso tan tierno como profundo — ¿Te gusta?

Preguntó la rubia una vez se separaron y la vampira volvió a mirar el cuadro. Detalló su figura por un momento, había accedido a hacerlo desnuda porque según Yelena sería más sencillo para ella, pues dibujar pliegues no se le daba bien.

Mi Humana Favorita (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora