Capitulo 27

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Daniel 

 - Tiene que transformarse, lleva ya mucho tiempo en su forma de lobo - Mi forma de lobo es mucho más fácil, cómoda y me siento con mucha más libertad, no del todo, pero es algo.

Mirando a Catalina muevo mi cabeza de lado a lado, ella me mira con una sonrisa.

Afortunadamente mi transformación no afecta a mi cachorro, lo único malo es que me siento un lobo muy gordo además no puedo brincar a grandes alturas, tampoco puedo acostarme como yo quiero.

Catalina sale del jardín rápidamente, dejando atrás el sonido de sus seguramente dolorosos tacones.

Con pereza lamo mis patas, en algunas ocasiones rasco mi hocico haciéndome sentir cosquillas yo solo.

El olor de una deliciosa comida hace que se mueva sola mi cola, de un lado a otro y de arriba abajo.

- Es hora de la comida y solo puede... - Sin dejarla terminar me aviento a ella, dejándola sentada y con la charola de comida arriba de sus piernas.

En cuestión de segundos la comida se acaba dejándome con ganas de mucho más.

- Pero que falta de educación, debió haberse transformado y comer como la "Gente" normal - Su regaño de madre hacia un hijo haciendo travesuras, me hace bajar la cabeza junto con mis orejas casi pegadas a mi cráneo, mi cola se mete entre mis patas.

No debería sentirme triste, mamá a veces me regañaba y no me sentía de esta manera.

Ella se levanta y se aleja unos pasos mientras carraspea.

- Lo lamento señor, no debí hablarle así - Intenta hacer contacto con mis ojos, pero me volteo, evitándola, muy maduro de mi parte.

Lo único que hago es chillar muy bajo, como si esto fuera hacer que Dylan viniera como lo hacía Mark... Mark

Un casi indescriptible dolor se instala en mi pecho, las imágenes de cuando estábamos bien, pasan como una horrible película de terror en mi cabeza.

El enlace que compartimos claramente está roto, pero no puedo dejar de sentir tristeza, sé que debe estar contento con su cachorro... Y hembra.

- Le ruego por lo que más quiera que no llore, no quise hacerlo sentir mal, siento que su forma de lobo puede lastimar a su bebé - Inhaló y exhaló profundamente, levanto la mirada, está al borde del pánico.

Niego en mi forma de lobo, intentado hacerla entender que esto no me hace daño.

- Bueno... Supongo que eso es un no, pero aun así no se sienta triste, seguramente huele desde kilómetros, y el señor al estar completamente emparejado a usted, puede sentir el más mínimo cambio de humor, el vínculo es más fuerte de lo que creé - El sonido de otros tacones me hace querer que la tierra me trague.

- ¡Qué bonito tenemos una nueva mascota! - Catalina se da la vuelta enfrentando a Minerva.

- ¿No tiene a alguien más quién molestar? - El tacón de Minera golpea fuertemente el suelo mientras refunfuña.

- Bueno, mi querido hermano mató a mi "Compañero" ahora solo te tengo a ti y al perro ese - Me señala con su dedo.

- Por el amor de dios ¡¿Cuándo dejarás de mentir a todos a tu alrededor?! - Minerva se acerca más haciéndome retroceder para proteger a mi cachorro en caso de ataque.

- ¡No lo hago! - Intenta golpear a Catalina, pero esta la esquiva rápidamente, deteniendo su mano con fuerza.

- Mocosa insolente, debería castigarte por todas tus faltas ¿Pero ¿cómo lastimar u odiar a mi amor? -

- ¡Tú no eres nada, mi compañero murió incluso decaí! - Minerva se acerca a ella tomándola posesivamente de la cintura.

- Te pusiste de esa manera porque te dejé, porque te engañé con un hombre, por andar de zorra, simplemente tomaste provecho de la situación, te dolió no tener a tu cómplice de crímenes, estas mejor porque me tienes contigo~ - Si Minerva pudiera sonrojarse seguramente lo estaría en este momento.

Ahora todo lo que pensaba de ella se fue, simplemente tiene una fachada de un vampiro cruel y malo, pero es ¿Buena?

- De...déjame ahora, el perro este... - La calla con una fuerte mordida en el cuello que hace gemir sonoramente a Minerva quien alza la mirada al cielo.

Vaya

Bajo mi rostro seguramente sonrojado y avergonzado.

El sonido de los colmillos salir de su piel me pone los pelos de punta.

- No dirá nada, ¿Verdad señor? - De nuevo levanto la mirada observando a Minerva escondida en el voluptuoso pecho se Catalina.

Niego por tercera vez, sintiendo ahora la necesitad de transformarme e invernar en mi pequeño nido.

- Pero el perro podría... - De nuevo su voz de molestia.

- Deja de fingir ser la mala que el maldito papel no te queda, ahora deja de intentar suicidarte con tu hermano solo para que yo te tome en cuenta - Catalina suspira.

- Bien - En un rápido movimiento y con una enorme y verdadera sonrisa llena de felicidad, besa su compañera.

- Solo si dejas de ser la "Señorita Perfecta" - Ambas ríen.

Sintiéndome incomodo, pero feliz por ellas me levanto y camino a la salida para ir a mi habitación.

- ¿Entonces estamos bien lindo lobo? - Sin voltear asiento, sintiendo que a partir de hoy todo cambiara.

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