- ¿Qué estás haciendo aquí? -fue lo primero que dijo mi padre al verme.
Haley estaba con Riley. Y él estaba en su casa. Con su familia...que de seguro se alegraba de que él volviera.
Un nudo se formó en mi garganta. ¿Por qué he vuelto?
Esto había sido estúpido, mi garganta dolía, mis ojos ardían por las lágrimas contenidas.
- ¿Por qué has vuelto Anna? -volvió a preguntar mi padre con el ceño fruncido.
-Estoy bien papá, el vuelo estuvo cansador. Gracias por preocuparte -dije, mordiendo mi labio inferior para no llorar- ¿Dónde está Mamá?
Él se encogió de hombros.
-Dijo que iría por una bebida y cosas para hacer el almuerzo.
Me senté en el sillón, mientras intentaba tranquilizarme.
Riley: ¿Todo bien?
Suspiré. ¿Por qué acepté volver?
Yo: Hasta el momento...no.
La puerta se abrió, mi madre venía con una sonrisa enorme, que se desvaneció al verme.
Creo que no seré capaz de resistir las ganas de llorar, soltar las lágrimas y sollozos que tengo en la garganta.
Mi madre tiró la bolsa al suelo, y se acercó a mí. No me di cuenta de lo que sucedía, hasta que estuve en sus brazos.
-Has vuelto -repetía una y otra vez mientras lloraba y me acariciaba la espalda.
- ¿Estás bien cariño? -dijo- Perdóname por no apoyarte antes, oh bebé. Lo siento mucho.
Me alejé un poco de ella para mirarle. Sus mejillas estaban igual que las mías. Sonrojadas y húmedas.
-Anna cariño, perdóname -dijo nuevamente. El nudo en mi garganta aún no se iba.
Dejé salir ese sollozo que estaba conteniendo y me lancé a los brazos de mamá.
El sonido de la puerta siendo abierta, nos separó. Mire, Riley estaba ahí. Mirándome preocupado.
Dio un paso hacía mí cuando vio que estaba llorando. Caminé hacía él y me lancé a sus brazos. Los cuales me rodearon, como si me estuviera protegiendo de algo.
- ¿Estás bien? -susurró.
Asentí, ahora estaba mucho mejor.
- ¿Dónde has dejado a Haley?
-Con mis padres, están encantados con ella.
Mi padre se aclaró la garganta. Me giré para mirarlo.
- ¿Éste muchacho es el que...-
-Sí, él es el papá de Haley -dije, Riley me rodeó con sus brazos. Apoyé mi espalda en su pecho.
-Oh muy bien. Porque quiero hablar algunas cosas con él -dijo serio.
Me giré para mirar a Riley, éste me asintió y besó mi frente.
-Está todo bien nena, tranquila.
Mamá me agarró del brazo y me arrastró hacía la cocina.
