Capitulo 38

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Alexander

Después de dejar a mi esposa e hija en la casa de Russo, con su madre y abuela, me reúno con Russo y Maxim para ir a la casa de seguridad donde tenemos a Vanessa y Enrico Ferrera.

Maxim quiere ver a su hermana, y aunque yo no he puesto un dedo encima de Vanessa, sé que eso está a punto de cambiar. Le entrego a Maxim la llave de la habitación donde está Vanessa, y Luca y yo nos dirigimos hacia donde está Enrico.

Al entrar, el imbécil sonríe con suficiencia. Su actitud desafiante me enfurece aún más. Luca da un paso adelante, su expresión seria y determinada. Sin decir una palabra, golpea a Enrico en la cara con fuerza, seguido de una patada en la ingle.

—Llegó la hora de pagar, Ferrera —dice Russo con voz firme, su mirada clavada en los ojos de Enrico.

La sonrisa del imbécil crece, como si disfrutara del dolor que le estamos infligiendo.

—Estoy preparado, maldita cucaracha —responde, desafiante.

A pesar de su actitud desafiante, puedo ver el miedo oculto en sus ojos.

Russo lo agarra por la camisa y lo levanta, acercando su rostro al de Enrico.

—¿Dónde está Igor? —exige Russo, su voz baja y amenazante.

Enrico suelta una risa entrecortada, escupiendo sangre al hablar.

—¿De verdad creéis que les  voy a decir? —su tono es burlón, pero el miedo en sus ojos es inconfundible.

Luca le da otro golpe, esta vez en el estómago, haciendo que Enrico se doble de dolor.

—Habla, malnacido —digo, acercándome—. O te aseguro que esta será la peor noche de tu vida.

Enrico nos mira, su rostro una mezcla de dolor y desafío.

—Nunca lo encontrarán —murmura, pero su voz tiembla ligeramente—. No sin mi ayuda.

Russo lo suelta, dejándolo caer al suelo.

—Entonces te aseguro que no saldrás de aquí hasta que nos digas todo lo que necesitamos saber —dice Russo.

Enrico nos mira desde el suelo, su arrogancia desvaneciéndose lentamente mientras la realidad lo golpea.

—¿Crees que puedes torturarme hasta que hable? —pregunta con una risa amarga—. No tienes idea de lo que he pasado.

Luca se inclina y agarra a Enrico por el cuello, levantándolo de nuevo.

—No, pero puedo hacerte desear nunca haber cruzado nuestro camino —responde Luca, apretando su agarre.

Enrico miró hacia la puerta con una expresión de desesperación, como buscando una salida que sabía que no existía.

—No hay escape, idiota —solté con desdén, mi paciencia llegando a su límite.

Russo volvió a golpear a Enrico, esta vez con más fuerza, como si quisiera sacar la verdad de él a base de golpes.

—Francia... Igor Ivanov está en Francia —susurró Enrico, entre jadeos de dolor, revelando finalmente una pista crucial.

Enrico gruñó de dolor ante el golpe de Russo, pero sus ojos se ensancharon con sorpresa cuando reveló la ubicación de Igor Ivanov.

—¿Francia? —pregunté, mi mente trabajando rápidamente para procesar la información.

Russo apretó los puños, mirando fijamente a Enrico en busca de cualquier indicio de engaño.

—¿Estás seguro de eso? —inquirió Russo, con una intensidad que dejaba claro que no toleraría mentiras.

Fear to love [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora