Capitulo 42

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Alexander

Hace una semana, me vi obligado a tener una reunión con Manuelle Moretti, a quien la enfermedad ha dejado en un estado vulnerable. En un gesto de resignación, decidió traspasar el timón de su imperio a su hijo, Francesco. La sola idea de tener que tratar con ese joven malcriado me produce un profundo desagrado.

Francesco y yo tenemos historia. Desde el primer momento en que nuestros caminos se cruzaron, sentí una intensa aversión hacia él, una sensación que ha ido en aumento a medida que ha intentado acercarse a mi hija. No confío en sus intenciones, y la perspectiva de tener que negociar con él me provoca un nudo en el estómago.

—En dos semanas es la gran boda —sonríe Maxim.

—¿Dos semanas? —pregunto, dando las últimas caladas a mi cigarrillo. La idea de la boda me resulta surrealista.

Alessandro se vuelve hacia Andrey, su expresión sombría.

—¿No tienes ganas de matarlo? —pregunta.

Andrey me mira, luego niega con la cabeza.

—No puedo dejar a mis sobrinos sin padre.

Sacando un cigarrillo, se lo extiendo a Andrey, quien niega con la cabeza.

—Lo he dejado —me recuerda Andrey. Mi hermano solía fumar un paquete al día, pero recientemente decide dejarlo. —¿No lo has dejado tú también?

—No, solo no fumo cuando Khristeen está cerca —admito, mirando el cigarrillo en mi mano. —A ella no le gusta el olor.

Pienso en Khristeen, en cómo frunce el ceño cada vez que me ve con un cigarrillo.

Andrey me mira, luego levanta la comisura de la boca con una media sonrisa. Aunque no dice nada, sé exactamente lo que está pensando. "Eres un tonto enamorado", parecen decir sus ojos.

—Nunca creí que escucharía algo como esto —se ríe Alessandro.

—Siempre creo que Andrey caería primero —murmura Maxim, una sonrisa jugando en sus labios.

Mi hermano suelta una carcajada, la risa resonando en la habitación. Es un sonido raro estos días.

—Eso nunca sucederá, Maxim —responde Andrey, su tono firme.

Enciendo el cigarrillo y tomo una profunda calada, permitiendo que el humo llene mis pulmones antes de exhalar lentamente.

—Solía decir lo mismo —murmuro, recordando cómo solía ser tan obstinado como Andrey. Pero las cosas cambian, las personas cambian. Y a veces, los cambios no son tan malos como parecen al principio. A veces, son necesarios.

Maxim se acerca y me da una palmada en la espalda.

—Vamos, no te pongas filosófico ahora —comenta con una sonrisa.

—¿Bella está de acuerdo? —pregunta Anthony, mirándome con seriedad.

—Las jóvenes de la mafia no pueden opinar sobre las decisiones de sus Capos, Anthony —interviene Alessandro, con un deje de reproche en su voz.

Apago el cigarrillo y me miro a mi hermano.

—No, ella aún no lo sabe —respondo a la pregunta de Anthony, manteniendo mi mirada fija en él—. Pero estoy seguro de que comprenderá la importancia de este acuerdo.

—Hablaré con ella —dice Anthony con firmeza.

Asiento, reconociendo la habilidad de Anthony para manejar estas situaciones con más delicadeza que yo.

Fear to love [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora