Capítulo 1: Mr Ghostface

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Tocaba pensar algo nuevo, porque no podía pasar el tercer año consecutivo intentando vestirme de una diosa griega diferente. Está bien que estaba un poco más obsesionada de lo normal con Percy Jackson, pero tenía que parar. 

Me encontraba completamente en blanco. Sabía exactamente lo que no quería, pero la lista de lo que sí quería se reducía cada vez más. Y el terrible dolor de pierna que tenía no parecía querer parar. 

Tal vez no tendría que ir a la fiesta. Estaba segura de que comenzaría a bailar, y la rodilla comenzaría a doler y tendría que sentarme. 

Y en las fiestas de Rose nadie se sienta. 

─Tú no estás enferma ─ Justine me hablaba del otro lado del teléfono. ─ Tú lo que no tienes es un disfraz. 

─Lo que no tengo, es una buena rodilla. ─ digo. ─ ni un buen disfraz. ─ confieso finalmente. 

Halloween es mi festividad favorita después de todo. Si Jus tiene una idea, me gustaría escucharla. 

─¡Pues eso es perfecto! ¡Porque tengo algo perfecto para tí! ─ me dice. 

─¿No me tenías fé? 

─Cuando dijiste que este año no serías una diosa griega, empecé a recortar opciones y llegué a la conclusión de que ésto podía llegar a ocurrir. 

─Bien por tí. 

─Estaré en tu casa en cinco minutos, alista todo. 

La casa de Justine quedaba bastante lejos a la mía. Nos veíamos una vez por año para esta festividad, más o menos. Todos los Halloween ella pasaba a por mí, y luego yo me quedaba en su casa por el fin de semana. 

...

─Bien, entonces, ¿segura que se entiende? ─ pregunto. Justine iba de Tinkerbell, combinando a la perfección con su cabello rubio. Mientras que a mí me había dejado un gorro color marrón, una blusa de mangas largas con rayas rojas y negras, una mini-falda, unas botas negras y unas medias de red. 

Según ella, soy Freddy Kruegger. Puede que si me ves de lejos, se entienda. 

Luego me agrega un poco de sangre falsa en los nudillos, y me pinto las uñas que ya tengo hechas en acrílico, de negro. 

Todo junto, se entiende.

En cuanto la noche comienza a caer, comenzamos a ir hacia la casa de Rose.

Jus y yo nos perdemos en la fiesta, en la música, el alcohol y la casa de la chica. Es gigante. Es de esas casas enormes típicas de las películas estadounidenses. Hay tragos por todos lados, y vasos en el piso. Tenemos que esquivarlos en lo que bailamos y nos perdemos. 

Pero como es obvio, me comienza a doler la pierna, y tengo que sentarme un minuto. 

Otra cosa que también es obvia, es que si en una fiesta de Rose te decides a sentarte, tienes que soportar que las personas básicamente te caminen por encima. 

Así que me dirijo hacia el patio de su casa. A esa hamaca que cuelga de un árbol. 

Me quedo ahí un minuto. Me gusta ver a los niños regresando a sus casas, llenos de caramelos y de sonrisas. 

No sé en qué momento he cambiado el acompañar a mis hermanos a pedir caramelos por las fiestas, pero no me quejo. Formaparte de diferentes etapas, y eso me gusta. 

Como sea, decido regresar a la fiesta, solo que antes de ingresar, me topo con un sujeto. 

─Oh, lo siento. ─ digo al pasar por su lado. Me giro para ver de quién se trata, y más que nada curosear el disfraz. 

We meet on Halloween | Tom HiddlestonWhere stories live. Discover now