Capítulo 2: Lady Mad Hatter

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Los rulos me habían llevado horas y litros de fijador para que no se pierdan en el camino, pero al menos, ahora estaba lista. Nuevo año, nueva fiesta.

De mi mente se había alejado por completo la idea de encontrarme con el misterioso Ghostface. Después de todo, solo habían sido unos cuantos besos esa noche fuera de la casa de Rose. No creía jamás volver a ver al chico atractivo. Quizás, solo había sido una alucinación hecha por mi dolor físico.

Sin embargo, cuando le abrí la puerta a Justine, supe que ella no se había olvidado de eso.

Ella llevaba esta vez una máscara de Ghostface en su cara, que me hizo saltar de un pequeño susto cuando la recibí. La chica soltó una carcajada que se me contagió.

─¿Te vestirás de ghostface?

─Claro que no. Le robé esto a Matthew solamente para molestarte. ─ dijo y luego la dejó en mi habitación. ─ Así que El sombrerero.

─Prefiero Mad Hatter. Suena más lindo.

─Claro, por la canción.

─¡Y porque suena más lindo!

─Como sea, ¿estás lista para irnos? ─ me pregunta.

─Creo que sí. Tengo todo aquí. ─ sobre mi cama, se encontraba una mochila que era la que llevaría para quedarme en casa de Justine todo ese fin de semana.

─Entonces, vamos. ─ dijo.

Dejamos las cosas en su auto. Ella iba con un pequeño vestido lila, y su cabello largo hecho una trenza, siendo una representación de Rapunzel.

Si yo estaba obsesionada con los dioses griegos, Justine estaba obsesionada con los personajes de Disney.

Rose iba de Regina George en Halloween, de Mean Girls. Se veía muy linda, al menos lo poco que alcancé a verla.

─¿Lo buscas? ─ me preguntó Justine. ─ ¡Vamos! ¡Al menos dime cómo era!

─¿De quién hablas?

─Claramente hablo de Ghostface, Sammy, ¿de quién más hablaría?

─¡No lo sé! Y no, no lo estoy buscando. Ya te dije que había venido a acompañar a alguien. Así que no. Ahora, bebamos, bailemos, y olvidemos que el año pasado... ¡Ya se me olvidó! ─ dije.

─Apuesto cinco dólares a que pierdes esa galera durante la noche.

─¿Si? Pues a tí se te desarmará la trenza. ─ bromeamos.

Su vestuario era más sencillo que el mío, con un vestido y un pequeño short ajustado debajo, Justine estaba hermosa. Yo llevaba una falda marrón con un top - que era básicamente un brasier - de diferentes recortes de tela. Desde el centro del brasier salían unas telas que hacían un collar. Todo esto acompañado de unos brazaletes/mangas que cubrían los dorsos de mis manos, y unas medias con encaje que me llegaban poco más encima de los muslos, con unas botas de taco.

Me había pasado ese año. Todo fuera para compensar el año anterior.

Shot va, shot viene, perdí la cuenta de las horas. Y de los tragos. 

─Voy a ver si el baño está libre ─ le digo a Justine, que me observa con cierta preocupación. ─ No voy a vomitar, tranquila. Solo quiero hacer pis. 

─Pues te ves como alguien que va a vomitar. 

─Te juro que no ─ le digo, y luego me alejo. 

Me encuentro el baño libre, milagrosamente. El problema, es al salir, que me encuentro con un vampiro. 

─Hola ─ me saluda. Lo reconozco al instante. Lleva una camisa blanca con algunos botones de más desabrochados. Un chorro de sangre falsa cae por su labio, que están levemente coloreados de un rojizo. Tiene el cabello alborotado y los ojos más azules de lo que los recordaba. 

─Hola ─ saludo. 

─¿Cómo estás? 

─Búscame fuera, vampiro. Quiero fingir que no acabamos de encontrarnos en la puerta de un baño. ─ le digo. Él sonríe, pero no me dice nada, solo asiente, y le dejo el acceso al baño. 


Unos cuántos minutos más tarde, salgo. A primera vista, no lo veo. Y luego lo escucho. 

─Ya lo tengo. ¿Mad Hatter, cierto? ─ me pregunta. Aparece entre los árboles de la casa de Rose como si fuera un vampiro real. 

─¿Edward Cullen? ─ le pregunto. 

─Un Salvatore, mejor. ─ me dice, y luego me enseña un anillo que lleva puesto. 

─Estás en cada detalle... 

─Ya lo ves. ─ me dice ─ ¿Cómo estás? ─ vuelve a preguntar. 

─Bien. ¿Tú? 

─Te buscaba. No sabía si vendrías. 

─Oh... ¿En serio? 

─En serio. ─ su mirada es demasiado intensa. Casi hipnótica. 

─Te has descubierto el rostro. 

─Me aconsejaron el año pasado. ─ sonrío, porque recuerdo el momento exacto en el que ocurrió. 

─No tenías que tomar el consejo. 

─¿Cómo no hacerlo? Mis sueños corrían peligro. 

─¿Y este año? 

─Mi cordura ─ dice mientras me observa. Por primera vez en toda la noche, me siento desnuda. Pero no dejaré que crea que tiene efectos sobre mí. 

─Si me sigues desnudando con la mirada me voy a resfriar. ─ le digo, él sonríe. 

─¿Dónde has estado? 

─¿En la vida? ¿O... esta noche?

─En el año que hace que no nos vemos. 

─Oh... Así que curioso. 

─Y tú misteriosa. 

─¿Es una introducción para volver a besarme? 

─Lo veremos al final. 

─¿Por qué no adelantarnos? ─ le pregunto ─ Tengo sangre dulce, "A positivo", no sé si sea de su paladar. ─ bromeo. 

─He pasado un año en abstinencia de alimento, así que el A positivo me parecerá increíble ─ dice. 

Entonces, le sonrío. 

Y lo beso. 

El vampiro me llena de ese rojizo de sus labios, esa pequeña pintura que simulaba ser sangre se corre por todo su rostro. 

Parece que me comía, parece que realmente era un vampiro. 

Y yo, me dejo llevar. 

Mi galera queda en cualquier lado. Pero no la pierdo, aferrada a la apuesta. 

Nos saltamos la fiesta, por segundo año consecutivo. 

Y él me muerde lentamente el cuello contra una de las paredes de casa de Rose. 

─Sería lindo si conservaras ésto ─ me dice, aún mantiene una de sus manos en la línea de mi mandíbula, pero la otra, me ofrece un anillo. 

─¿Para mí? 

─Para tí. Solo en caso de que después de ésto, te transformes en vampiro. 

─No siento síntomas, pero podemos seguir intentando ─ digo, me coloco el anillo, y él vuelve a besarme. 

Sus manos recorren mi cintura descubierta, y con él, me siento arder. 

No me da la cara para decirle a Justine que no pienso en él cada vez que miro el anillo en mi dedo. 

We meet on Halloween | Tom HiddlestonWhere stories live. Discover now