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YOUTH 11.





Los shadowhunters llegaron a la fiesta subterránea. El club estaba lleno, olía a alcohol y a algo más que la pelirroja asumió serían drogas.

Si no estuviera en una misión importante, Ana definitivamente estaría disfrutando de ese lugar lleno de excesos.

— Despejado — se escucha la voz de Alec.

Iba detrás de ella e Isabelle. Y aunque ella trataba de hacer como si no le importara, sentir el calor del azabache justo detrás de su espalda, como si estuviera protegiéndola, le encantaba.

— ¿Creen que el rojo es mi color? — le pregunta la pelinegra a las hermanas.

Las dos se miraron con una sonrisa para después mirarla a ella.

— Izzy, con un cuerpo como el tuyo, cualquiera es tu color — responde Clary.

La pelirroja menor alzó su mano y chocaron los las tras.

— Maldición, hago que este collar se vea tan bien. Aunque estoy segura que en cualquiera de ustedes se vería fantástico también — les dice la morena.

Y detrás de ellas llegó Alec.

— ¿Puedes quitartelo? Estoy seguro de que Magnus Bane no quiere baba en su birmano cuando hagamos el intercambio — le dijo a su hermana.

— Yo no estaría tan segura, hay muchos hombres que les gusta que miren bien sus joyas — responde Isabelle.

La pelirroja pudo ver cómo la expresión de Alec se hacía más seria mientras se cubría aquel brazalete de plata que estaba en su mano derecha, y no pudo evitar que su mente le recordará la sensación de aquel brazalete contra su piel cuando Alec la masturbo en la noche.

! ¿Puedes dársela a Jace? — pregunta, aunque fue una orden.

Su hermana le pone una mala cara para después darle la joya a su amigo rubio.

— Eres un aguafiestas — dijo riendo un poco.

El solo rodó los ojos y dejando al grupo más atrás se acercó a Ana, poniendo una mano en su cadera y dándole un empujoncito para que ella comenzará a caminar cuando vio un par de miradas indiscretas.

— Vamos, que si siguen mirándote así te comerán viva en menos de diez segundos.

Por razones muy obvias y válidas, ella le hizo caso y caminó delante suyo hasta llegar a su destino, siempre sintiendo el roce de Alec en su piel.

(...)

Entraron a lo que era el centro de la fiesta.

— Mezclense y mantengan sus armas listas. Ana, tú vienes conmigo — dijo Jace.

Ella aceptó, después de todo, eran los recuerdos de su hermana y suyos de lo que estaban hablando.

Alec los miró irse a los tres con el ceño fruncido. Sabía que Jace iba a prestarle atención solamente a la pelirroja, y podría dejar a Ana desprotegida.

Aunque siempre saber que el interés de Jace no era Ana era bueno, en esa ocasión, sabía que podría llegar a matar a su parabatai si algo llegaba a ocurrirle a la pelirroja menor.

Claro, él no sabía que los ojos de Jace no iban a alejarse de la Ana por nada del mundo.

— Ella estará bien, hermano mayor.

Él miró a su hermana, pero no dijo nada, y fue a su posición.
El rubio visualizó a Magnus, y se acercó a él con las dos hermanas a su lado.

— Magnus.

Youth | Shadowhunters Donde viven las historias. Descúbrelo ahora