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YOUTH 12.




(Escenas sexuales explicitas)



— Mucho mejor —  dice el brujo con una sonrisa característica de él — Ah, es inevitable, después de cada mudanza me dan ganas de redecorar. Normalmente me gustan las guardias sucias, pero ya está demasiado.
Su mirada iba dirigida a Alec, que lo mira confundido y se va junto a su parabatai.

— Creo en el pago por los servicios prestados. Gracias por defender a los brujos.

Al decir aquello extendió aquella hermosa joya hacia Ana. Ella lo miró con una sonrisa y negó.

— El rojo es el color de Izzy, a ella le quedaría mejor — le dijo al brujo.

Asintiendo, pasa la joya hasta la otra shadowhunter.

— No podría… — intenta negar.

— Pero si podrías y deberías.

Colocó el collar a la chica. Que estaba fascinada por él, y miró a la menor agradeciendo por eso.

— Este collar ha estado con la familia Ligthwood desde hace años.

Isabelle asiente en forma de agradecimiento, y Magnus se acerca hasta ambas shadowhunters.

—Acerca de Alec ¿Es más una flor o colonia de hombre? — pregunta por lo bajo.

Ella solo soltó una risita y se encogió de hombros.

—No lo sé — admitió Isabelle, dando una pequeña mirada hacia la pelirroja, sabiendo muy bien que algo estaba sucediendo entre ella y su hermano — Pero inténtalo, no tienes nada que perder.

— Bueno ya basta ¿Cómo invocamos al demonio de la memoria? — preguntó Clary.

Todos en la habitación se voltearon y prestaron atención, después de todo, era para eso que habían seguido al brujo.

— ¿Estás segura? Invocar a un demonio de este tipo podría ser letal —advierte Magnus.

De repente la gran habitación se llenó de tensión. Los tres shadowhunters se estaban metiendo en un campo prohibido para ellos, y Ana sin duda pensaba que era arriesgado, aunque no tenían de otra.

— Haré lo que sea para salvar a mi madre, trae el demonio — dijo la pelirroja con firmeza.

La menor la observó confundida unos segundos. Era la primera vez que Clary se refería a su madre de esa manera, como si ella no existiera, y aunque seguramente había sido por la pelea que tuvieron, no pudo evitar sentir un dolor en el pecho.

— De acuerdo. Niño bonito, prepara tu equipo — dice Magnus haciendo señas.

Jace estaba a punto de dar las órdenes, pero la voz del subterráneo lo interrumpió.

— No estoy hablando contigo — negó para después mirar al azabache — Estoy hablando contigo.

Otra vez, el joven puso cara de confusión, y el brujo y la hermana de la pelirroja se fueron hasta otra habitación.
Todos se quedaron en silencio, sin saber bien qué hacer, esperando.
Cuando volvieron, el brujo volvió a hablar.

— Espero que todos tengan sus runas especiales — advierte.

Eso alertó a la pelirroja. Ella no tenía aquella runa, o eso creía.

— Chicos, yo no tengo ningúna — informó a los shadowhunters, que se posaron a mirarla — ¿O si?

— Ven aquí — llama Alec.

Youth | Shadowhunters Donde viven las historias. Descúbrelo ahora