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La noche llegó rápidamente y se extendió perezosamente sobre nosotros. El sonido de las conversaciones se esparce por la cafetería y observo a las personas que me rodean, prestando atención a la forma en que parecen interactuar entre sí. Por un momento, me pregunto si debería haber seguido las órdenes de Annie y haber ido a encontrarme con ella, Reiner y Bertholdt. Sin embargo, el dolor se hace presente en cuanto recuerdo a Shiganshina, la forma en que me habían dejado atrás y como ya no insistían en mi presencia en sus reuniones. Después de todo, ni siquiera debería estar aquí.

Dejó escapar un suspiro viendo a Eren, Mikasa y Armin hablando entre ellos y soy devuelta a la realidad por el sutil codazo que me da Jean en las costillas. Me levanto y lo miro, frunciendo el ceño como si le pidiera que repitiera lo mismo.

“Te pregunté que piensas hacer cuando nos graduemos en un año” —Pregunta Jean y por un momento me quedo sin respuesta. ¿Que haría yo? No tengo ni idea de cómo se desarrollarán las cosas para entonces, ni siquiera sé si estaré viva. 

“Yo no sé” —Suspiro, suspiro pensando en alguna respuesta que pueda satisfacerlo.

“Deberías ir con nosotros a la policía militar” —Marco me interrumpe y sonrió de reojo, siempre me gustó escucharlo hablar de su deseo de servir al rey de buena gana. En mi opinión normal diría que es patético, sin embargo, al menos él está haciendo algo por su país, mientras que yo me siento cada vez más inclinado a traicionar al mío.

“Tal vez pueda entrar, si mis notas son buenas” —Digo apoyando los codos en la mesa y el rostro en una de mis manos— “Creo que tendré que elegir entre la guarnición y el reconocimiento.”

“¿Reconocimiento? No” —Jean se sobresalta, atrayendo las miradas de Marco y mía— “Quiero decir, es demasiado peligroso”

Dejé escapar una risa nasal ante su preocupación.

“Puedo manejar algunos titanes, cara de caballo” —Digo entre risas cuando veo su rostro acercarse frente al apodo que Jean odia. Se endereza y sé que se avecina una respuesta hostil.

“Pero no puede lidiar con su hermano” —Se burla y yo finjo una risa relajada. Jean se acerca a mí y baja la voz— Honestamente, ¿que hay entre ustedes dos?”

“¡Jean!” —Lo reprende Marco, pareciendo avergonzado por la pregunta invasiva de su amigo. Simplemente sacudo la cabeza y desearía poder decirles toda la verdad, sin embargo, eso nunca sería posible. ¿Cómo les digo que Bertholdt se alejó de mí cuando perdí la carrera con la titan femenino contra Annie? Respiró hondo, preparándome para responder cuando somos interrumpidos por un golpee en la mesa que hace temblar los vasos.

Miró hacia arriba y fruncí el ceño ante la mirada mortal de la chica rubia, que tiene sus ojos grises entrecerrados en mi dirrección. Sus manos están apoyadas en la madera y por un momento juro que sus uñas se van a clavar en la mesa. Suspiro, terminando el agua del vaso y la miro.

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“¿Qué es lo que quieres?”
—Pregunto ignorando su postura intimidante.

“Afuera, T/N” —Dice y su tono de voz deja claro que no debería volver a retarla. Annie gira sobre sus talones y comienza a caminar— “Ahora.”

Intercambio una breve mirada con los chicos y me levanto, siguiendo a Annie fuera de la cafetería, sintiendo la brisa fría de la noche abrazarme, enviando un escalofrío por mi espalda. Me pasó las manos por los brazos, frotándolos en un intento de protegerme del frío mientras camino detrás de la chica en silencio, siguiéndola hasta el frendoso árbol que tenemos delante, dónde otras dos siluetas nos esperan.

𝑺𝒖𝒓𝒓𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓 | 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒆𝒓 𝑩𝒓𝒂𝒖𝒏Where stories live. Discover now