Impulso maternal

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Después de dejar a los pequeños niños en la sala, Hinata fue a darse un baño rápido y luego volvió con ellos. Hoshi se sentó en el sofá adorablemente con el aspecto de una pequeña muñequita de porcelana, mientras que Dai esperó a qué Hinata se sentará para después sentarse en sus piernas. Hinata al sentir el pequeño cuerpecito de Dai sintió unas fuertes ganas de abrazarlo y apretujarlo y no se contuvo, lo hizo. Su pequeño cuerpo era tan regordete y su delicioso aroma de bebé era tan embriagador qué no pudo resistirse y abrazar también a la pequeña Hoshi. Los tres se fundieron en un gran abrazo, ninguno quería separarse, era la primera vez que los niños eran abrazados por alguien que no fueran su padre o sus abuelos, pero se sentían tan agusto qué no les importó. Sólo se dejarían mimar por ella, por su madre. Los minutos pasaban y el abrazo no se deshacía pero el pequeño estómago de los niños empezó a hacer ruidos qué hizo qué Hinata los mirara preocupados.

_Niños, ¿Ya desayunaron?

Miró su reloj y se dió cuenta de qué ya casi era medio día y más bien era la hora del almuerzo

Los niños se miraron durante unos minutos, luego sacudieron su pequeña cabecita de un lado a otro mientras tocaban su pequeña barriguita y después miraron a Hinata con los ojos muy abiertos y brillantes y dijeron.

_No, mami

_Y tenemos mucha hambre

Hinata al escucharlos sintió su corazón estrujarse, ¡cómo no se dió cuenta de qué los niños no habían desayunado! Mirando sus pequeños rostros, se dió cuenta de qué realmente eran muy adorables, parecían lindos y pequeños gatitos traviesos esperando por la comida qué su madre les traería.

Así qué no lo pensó mucho tiempo, se levantó del sofá y se dirigió a la pequeña cocina que tenía para preparar laas deliciosa comida para ellos y ponerla frente suyo.

_Esperen un momento, ya les preparo algo delicioso - dijo Hinata con una sonrisa desde la cocina

Al oír eso, los ojos de los pequeños brillaron aún más. Siempre habían comido cosas que les preparaban los cocineros de su casa o comían en finos restaurantes, pero esta era la primera vez qué comerían algo preparado por su mamá y estaban entusiasmados por probar su comida. Despues de salir de su ensoñación, los pequeños pegaron un brinco y fueron con Hinata.

Se maravillaron al ver la destreza con la que se movía su mamá en la cocina, sacando ingredientes de aquí y aya, mientras en la estufa estaba calentándose un sartén.

_Mami, queremos ayudarte! - dijo Hoshi emocionada

_Si, si qué hacemos? - preguntó Dai

Hinata se sorprendió al escuchar sus voces, pero rápidamente se puso a pensar en qué podrían ayudarle.

_Mmm, haber Hoshi podrías lavar estas verduras picadas mientras tú Dai puedes ayudarme a batir estos huevos - dijo con una sonrisa

Ambos niños sonrieron felices y comenzaron a ayudar en la cocina, era la primera vez qué les interesaba ayudar. Y sin duda era muy reconfortante hacerlo junto a su mamá. Los minutos transcurrieron rápidamente y poco a poco la comida ya estaba tomando forma. Un delicioso aroma inundó aquel lugar y las risas llenaron el pequeño espacio. Hinata se sentía muy feliz, a su mente llegó un recuerdo de su madre y ella juntas en la cocina y no pudo evitar verse reflejada en aquellos pequeños. Cuando faltaba poco para que la comida estuviera lista, Hinata mando a los dos niños a lavarse las manos.

_Niños, por favor lavense las manos y espéreme en la sala

Dijo con una gran sonrisa mientras terminaba de preparar todo.

_Mami!! Pero queremos estar contigo

Dijeron ambos niños al unísono qué conmovieron a Hinata y los dejó estar ahí con ella. Mie tras ella terminaba de recoger las cosas, los pequeños estaban pegados a ella cómo pequeños bebés koalas todo el tiempo. Pero aún así Hinata no los alejoyy cómo pudo sirvió dos pequeños platos de guisado y uno grande para ella y los fué llevando con cuidado al pequeño comedor qué tenía para sentarse a comer.

Una nueva razón para vivirWhere stories live. Discover now