Capítulo 5. Las Palabras del Destino: Las Vidas Paralelas

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En una noche de tormenta, después de un día infructífero que no pudo superar su bloqueo frente a la página en blanco, Daniela se acostó en su cama. El viento aullaba fuera de su ventana, y la lluvia golpeaba con fuerza el cristal, creando un estruendo que parecía reflejar sus sentimientos angustiosos.

El destello de los relámpagos iluminaba su habitación, revelando brevemente su mirada frustrada mientras contemplaba el techo en busca de inspiración. La tormenta, con sus rayos y truenos, parecía ser el reflejo perfecto de su mente atormentada por la falta de creatividad. Había pasado semanas en un estado de bloqueo creativo, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para plasmar sus pensamientos en el papel.

El sonido de la lluvia martilleando contra el tejado resonaba en sus oídos como un eco de su propia frustración. Cada relámpago que rasgaba el cielo oscuro parecía arrojar destellos de duda sobre su habilidad como escritora. Daniela había llegado a un punto en el que se sentía completamente perdida en su búsqueda de la inspiración perdida.

Mientras la tormenta continuaba rugiendo afuera, los sentimientos de impotencia y desesperación se apoderaron de ella. Se preguntaba si alguna vez podría recuperar su pasión por la escritura, si alguna vez volvería a sentir la emoción de ver sus palabras, cobrar vida en el papel. Cada trueno parecía una burla, recordándole que había perdido su camino como autora.

Con un suspiro pesado, Daniela cerró los ojos e intentó encontrar consuelo en el sonido de la lluvia. No sabía que esta noche de tormenta marcaría el comienzo de una aventura inimaginable que la llevaría a la Biblioteca de los registros de vidas paralelas, donde tendría la oportunidad de redescubrir su pasión y reescribir su destino.

El sueño se apoderó de Daniela, envolviéndola en una pesadilla angustiosa que la transportaba a lugares lúgubres a una velocidad vertiginosa. Se encontraba en un oscuro túnel sin fin, con paredes que parecían cerrarse sobre ella a medida que avanzaba. El sonido sordo de sus propios latidos del corazón llenaba sus oídos, creando una sensación de opresión.

El túnel la llevó a un paisaje desolado y sombrío. Árboles retorcidos y sin hojas se alzaban hacia un cielo plomizo y amenazante. La tierra bajo sus pies estaba cubierta de una niebla espesa y gélida que se aferraba a sus piernas como garras heladas. La sensación de soledad y abandono la invadió mientras caminaba por este mundo distópico y desolado.

De repente, Daniela se encontró en un sitio completamente desconocido. La transición fue abrupta y desorientadora. La tormenta y la angustia que la habían atormentado se disiparon, dejándola en un estado de asombro. Estaba parada en el umbral de un edificio majestuoso y misterioso.

Encima de la puerta de madera maciza y cristales de colores, con letras de bronce que parecían haber resistido el paso del tiempo, se leía con majestuosidad: "BIBLIOTECA de Todas las Vidas del Universo". La puerta, tallada con intrincados diseños que representaban constelaciones y mundos lejanos, se abría con un crujido suave, como si estuviera dando la bienvenida a los exploradores de todas las eras.

Al cruzar el umbral, Daniela se encontró en un mundo de asombro y maravilla.

La biblioteca se extendía a lo largo de vastos pasillos, cada uno llevando a diferentes salas. La entrada en la que se encontraba estaba iluminada por candelabros de cristal que arrojaban una luz suave y dorada sobre los suelos de mármol pulido. A lo lejos, una escalera de caracol de madera oscura se elevaba hacia las alturas, invitándola a explorar más allá.

El aire estaba impregnado de un aroma a libros antiguos, una mezcla de tinta, papel amarillento y madera envejecida. Daniela podía sentir la historia impregnada en cada rincón de la biblioteca, como si los susurros de autores del pasado aún resonaran en el aire.

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