CAPÍTULO 53 - El tiempo

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LOGAN

Me quedé helado.
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, presionando contra mi caja torácica, intentando salir de mi cuerpo.

Debería estar de pie ahora mismo, derribando la casa, quemando el puto mundo.

Pero no lo estaba. Estaba sentado en este sofá con los puños apretados y un nudo del tamaño del sol alojado en la garganta.

No quería escuchar su conversación. De verdad que no. Tenía delante los papeles sobre el aumento de nuestra producción de hortalizas. Estaba trabajando. Estaba concentrado en el paquete.

Pero entonces oí cinco palabras que me rompieron.

'Prométeme que no te irás.

Y fue Andrew quien dijo esas palabras. Andrew le pidió a Emma que no se fuera.

¿Quería irse? ¿Quería dejar la manada? ¿Quería dejarme?

Se me rompió el corazón y el dolor casi me hizo gritar.

No.

No se lo permitiría.

Haría lo que tuviera que hacer para que se quedara.

No podía dejarme. Me mataría. Apenas sobreviví esos cuatro días sin ella.

Leon aullaba de dolor, y yo ni siquiera podía hablar con él ahora. Sentí que llamaba a Eliza con dolor. Esperaba que ella pudiera calmarlo. Esperaba que ella no quisiera dejarnos. Esperaba que detuviera a Emma.

Si ella no pudiera, yo definitivamente lo haría.

No iba a dejar que se fuera. Era mía.

Oí pasos bajando las escaleras y me giré para ver a Andrew.

—¿Dónde está?—pregunté, presa del pánico y saltando del sofá.

Me aterrorizaba que volviera a salir por la ventana. Iba a tener que hacer algo al respecto. Pondría rejas en sus ventanas, no me importaba una mierda. Ella era mía. No podía dejarme.

— Se está duchando y le estoy preparando el desayuno — dijo, caminando hacia la cocina.

Le seguí con los puños apretados.

— ¿Por qué le hiciste prometer que no se iría? — Le gruni en cuanto entramos en la cocina.

Se volvió para mirarme. Tenía los ojos muy abiertos y la boca abierta por la sorpresa.

— Prometiste que no escucharías, Logan! — dijo enfadado.

— ¡Y no lo hice! —Gruñí. —Lo escuché por accidente. Estaba concentrada en mi trabajo y se me escapó el control—

Nos resultaba difícil controlar nuestros sentidos en todo momento. Se agudizaban y teníamos que suprimirlos si queríamos que nuestro entorno nos simulara menos. Por eso todos nuestros dormitorios en el packhouse estaban insonorizados. No había nada peor que oír follar a tus amigos o familiares. Por no hablar de lo que yo le haría a alguien si oyera a mi compañera llegar al orgasmo. Los gritos y gemidos de Emma eran míos. Sería el único hombre del planeta que la vería y oiría correrse.

Sólo de pensarlo se me puso dura y tuve que ponerme
detrás de la puta isla de la cocina para ocultar mi erección al hermano de mi compañera.

Mierda.

Era peor que un puto adolescente. Mi polla se ponía dura como una roca en las peores situaciones posibles. Nunca me había excitado tanto sólo de pensar en una mujer.

Andrew me mataría si supiera por dónde iba mi mente
ahora mismo.

—¿Cómo es que no estás destruyendo mi casa ahora mismo? preguntó Andrew mientras abría la nevera.

Traicionada Por Mi Mate -  Teresa LillyWhere stories live. Discover now