Capítulo 27 Heridas del alma

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JINA ARTEMIS

Lo único que hacía era llorar en silencio, las heridas de mi alma y corazón habían sido abiertas nuevamente. Volvería ha sufrir de nuevo, otra vez sería usada y apuñalada como un muñeco vudú. Tal vez si era débil por llorar, pero había llegado ha mi límite, ya no podía seguir acumulando tanto dolor en mi corazón y no poder sacarlo. Estaba herida, mi fuerza interna para seguir en esta batalla se había esfumado, ya no me había quedado nada lo había perdido todo, tal vez si era una cobarde. Había una herida demasiado profunda en mi corazón, que de nuevo estaba sangrando y al parecer, nunca iba ha sanar.

Por supuesto que no podía levantarme y enfrentarlo con la mirada. Eso era imposible, no tenía el valor para hacerlo, me sentía vulnerable, frágil, débil he indefensa.

-Misare-Levántate dijo él sonriente en esa extraña idioma que no conocía.

Fui controlada así que en contra de mi voluntad me levanté, no pude siquiera mirarlo porque ante él, me sentía una niña indefensa. Sentía mucha impotencia, era una de las razones por las que no podía dejar de llorar, mi hermana estaría decepcionada de mí al verme así porque de niña siempre me había dicho que no me dejara caer.

Caminé en dirección hacia él sin poder levantar mi mirada.

Él me sostuvo firme de los brazos y eso aumentó más mis nervios.

-Mírame-Dijo con un tono burlón.-¿O es qué me tienes miedo?-Preguntó con un tono de voz de un psicópata.

Por supuesto que tenía miedo, estaba demasiado asustada y eso ni se podía negar en lo absoluto. Por supuesto que no obedecí, por eso no lo miré, no podría calmarme.

-¡Mírame!-Me gritó perdiendo la paciencia.

Obedecí y lo miré, sentía mucha impotencia en aquellos momentos. Lo miraba con desprecio y asco, mientras mis lágrimas dejaban mis ojos.

-Eres demasiado patética-Dijo con una risa enfermiza.

Él me sostuvo con fuerza contra un árbol, nuevamente bajé la mirada porque no tenía la fuerza para mirarlo por mucho más tiempo. Tampoco podría defenderme, ya estaba siendo controlada por eso no podría hacer nada. Acercó la maldita daga ha mi cara y la acarició con la misma, sentía que me estaba quemando quería gritar pero no tenía la fuerza para hacerlo solo sollozos dejaban mis labios.

-Puedes matarme de una vez ¿Sabes? Me harías un gran favor-Dije ha regañadientes con la voz quebrada.

Él acercó su rostro lentamente ha mi oído y susurró :

-Ya lo fuera hecho Jina, pero no tengo permitido hacerlo-Dijo con un tono de maldad.

De inmediato bajé la mirada nuevamente.

-Puedo barrer el suelo contigo-Dijo soltando una carcajada enfermiza.

-¡TE ORDENO QUE LA SUELTES INFELIZ!

Me sobresalté al escuchar un grito femenino cargado de rabia, no sabía de dónde provenía así que miré ha todas direcciones.

Él por supuesto me soltó rápidamente y miró de donde provenía ese grito.

Había una chica adulta que aparentaba los veinte años en frente de nosotros, vestía un el uniforme que usaban las deidades, ella lo miraba ha él con un odio muy vivo, su rostro se me hacía familiar de alguna parte, pero no sabía de dónde podría ser.

La chica comenzó ha liberar un aura de color negro y blanco que incrementaba cada vez más con su furia.

No entendía nada, ella no tenía que ver conmigo.

La Destrucción: Comienzo del caos [Darks Dioses Y Titanes #I] © (En Proceso)Onde histórias criam vida. Descubra agora