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— Por ti haría cualquier cosa bebé....—musité seduciéndolo y provocándolo.

— Entonces haz tu trabajo — ordenó por última vez y echó su cabeza a atrás.

Debía chuparle la polla, algo que a él le encantaba como yo se lo hacía. Una experta.

Dirán que soy su prostituta pero de verdad debo satisfacerlo de la misma manera que el lo hace conmigo y no me molesta de ninguna forma.

[...]

Bajé su pantalón de gabardina color negro, primero desabrochado su botón y bajando su cierre a un tiempo pausado. Quería hacerlo esperar.

Ver cómo en su boxer resaltaba su gran miembro, se me hacía agua la boca de solo imaginar cómo estaría jugando con el.

Saqué la última prenda que cubría a este, y ahí pude ver a esa maldición que me tiene atada a él.
Si, ya saben cuál es. No tengo que aclararlo.

— Mierda Jeon — dije entre risas y lo tomé con mi mano.

— Cállate y mételo a tu boca — exclamó dominante sin bajar su vista.

De una vez por todas, lo metí a mi boca y comencé a divertirme y hacer mi magia.

Le lamia la cabeza en forma circular, lo ingresaba y lo sacaba de mi boca, todo lo que quieran imaginar...yo lo estaba haciendo.

En un principio, utilizaba mi mano y  la ayuda de un poco de baba, para deslizar su glande de abajo a arriba repetidas veces, pero al rato lo volvía a meter a mi boca.

Mis arcadas eran cada vez más y más fuertes, debido a que el tomó mi pelo y comenzó a follarme la boca de una manera desesperada y salvaje. Ese sonido sucio que se formaba por mi saliva que resbalaba en su pene y sus jadeos, eran inevitables de escuchar.

Mis más sinceras disculpas a quien estaba del otro lado de la habitación escuchando todo.

[...]

Mi mano rasgaba su pierna y mis ojos ya se encontraban llorosos, dándole a entender que se detenga pero el estaba tan centrado en su mundo que no me prestaba atención.
Tuve que pegarle varias palmadas en su gemelo para que por fin se separe de mi y me deje respirar.

A un costado, estuvo algunos segundos autocomplaciéndose, para por fin expulsar todo su liquido. El quería derramarlo en mi cara pero me alejé rápidamente y me paré de mi lugar.

[...]

—¿Qué tal? — limpié mi boca con mi mano y tragué — ¿Mejor que la vez pasada? — solté una risa y este me miró cansado.

— Si nena, cada día te superas más — volvió a subir su pantalón y comenzó a abrochar su camisa.

— Creo que debo irme, ya va a llegar tu próximo paciente... — lo tomé por el cuello de la camisa y acerqué su rostro al mío — ¿O quieres seguir?
— murmuré en rozando nuestros labios.

— Me encantaría señorita Park pero tienes razón, ya es la hora — respondió a mi duda y me robó un beso — Arréglate y ponte linda para esta noche, vamos a ir a cenar — se alejó para buscar sus gafas y colocárselas.

mi querido terapeuta | JJKKde žijí příběhy. Začni objevovat