Capitulo 31: Resignación

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Mereditt

Me despierto con los primeros rayos de sol que entran por mi ventana. La ventana de la habitación donde me crié en Barcelona. La habitación del apartamento donde vivía mi vida con mi padre pensando que mi madre era una cualquiera que se arrepentía de haberse quedado embarazada de mi padre. Pero no, ahora resulta que no es una cualquiera. Viktoria Ivanova, jefa de la mafia rusa por herencia de sus padres, es mi madre, la mujer que me dió a luz y la que ahora me busca para a saber que, aunque tampoco me interesa saberlo. Puede que me encuentre, pero está loca si piensa que iré con ella por la buenas.

Me incorporo de la cama y respiro antes de levantarme. Estoy sola en la habitación y antes de abrir la puerta oigo hablar a alguien en la cocina. Salgo.

- Buenos días. - Digo con desgana cuando llego al lugar de donde venían las voces.

Todos los presentes; Nayeon, Dimitri, Dalyan y mi padre; se giran al unísono cuando me oyen. Parece que estaban hablando de algo bastante serio mientras se tomaban una taza de café.

- Mer. - Me dice mi casi hermana pareciendo no sé si asustada o preocupada, levantándose lentamente del taburete de la isla.

Viene hacía mí y después de tomarme las manos con delicadeza, me abraza como si quisiera empatizar con algo.

- ¿Va todo bien? - Pregunto cuando la separo del abrazo y busco su mirada.

- Me estaban contando lo de...

- ¿Lo de mi madre? - Acabo su frase cuando veo que no puede ni pronunciar la palabra.

Me mira profundamente y suspiro yendo hacia la cafetera de la encimera de mármol. Nadie dice nada mientras me preparo el café con leche.

- Cielo. - Me dice mi padre. - ¿Cómo estás? - Pregunta en lo que me siento a su lado y tomo un sorbo de la taza.

- ¿Cómo quieres qué esté? - Respondo irónica. - Me acabo de enterar de que mi madre es una delincuente potencialmente peligrosa y que me busca con no sé cuántos más para algo que no quiero ni saber.

- Mereditt cariño, lo siento por nunca habértelo dicho. - Marc toma mi espalda. - Pensé que podía mantenerte a salvo si no sabías la verdad.

- No tiene sentido, nada de esto tiene sentido. - Dejo la taza en la mesa con algo de rabia.

- No te preocupes por nada Mer, estás con nosotros. - Nayeon, quién está sentada al lado de su hermano delante de mí, toma mi mano.

- No tengo miedo. - La miro seria. - Solo quiero que esto se acabe de una puta vez, ¿y si a vosotros os pasa algo por mi culpa?

- ¿Qué nos va a pasar nosotros? - Salta Dalyan de repente de manera sarcástica.

- Pues cualquier cosa...

- No digas tonterías. - Responde su hermana haciendo un gesto para restarle importancia con la mano.

- ¡No son tonterías, Nayeon! - Intento no exhaltarme. - ¡Lo digo en serio, es lo único que me preocupa!

- Un momento. - Interrumpe Dimitri. - He estado pensando en algo.

- ¿Qué? - Sigue Nayeon mientras yo respiro hondo y dejo caer la cabeza en el hombro de mi padre.

Antes de mirarte 𝓘𝓷𝓬𝓲𝓽𝓪𝓭𝓪Where stories live. Discover now