capítulo O6

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Los últimos días juntos habían
sido los mejores, Kook se portaba
distante, pero con respeto hacia
los que le servían. Aunque aquello
no significaba que fuera algo malo
relacionado a su alfa.

Jimin podría decir que era un
alfa mimado por su omega, verlo
feliz y contento siempre era una de
sus alegrías.

El rubio era interrumpido
repetidas veces en su trabajo por
los dulces pedidos de su pareja,
o algunas veces quejas sobre que
le dolía algo como: sus pequeños
y tiernos piecitos o su pequeña y
delgada espalda.

Últimamente habían podido visitar
a sus"amigos" si así se les podría
llamar, aunque eran más los amigos
de Jungkook que los de él. TaeHyung
era un alfa y aunque aquello hacía
que su lobo aullará en posesividad,
aceptaba que este se acercara a
su pareja por el simple hecho de
que había estado siempre como
amigo de Kook, aparte de que ya se
encontraba casado y enlazado con
Min Yoongi, un omega de cabellos
plateados y una bonita sonrisa.
Claro, no más que la de su omega.

No lo juzguen, Jimin estaba a
los pies de su destinado.

Ahora solo miraban la televisión en
un silencio cómodo, TaeHyung y
Yoongi se mantenían comiéndose
las bocas en el sillon a solo unos
pasos de ambos.

Jungkook lo miro a los ojos como
rogando que hiciera lo mismo,
Jimin dio una pequeña sonrisa
antes de pellizcar una de las
mejillas y besarle los labios con
suavidad. Unos segundos después
solo escucho las risas de sus
amigos.

- Son demasiado lindos. - los
chillidos del omega se escucharon.

- Claro que lo somos-soltó
Jungkook antes de subirse
a las piernas de su alfa.

- Nosotros también lo somos,
Yoonie-opinó el otro alfa
besando la mejilla de su pareja.

Jimin sonrió para sus adentros,
subió la camiseta de conejitos que
su prometido traía, observando
la hermosa pancita a la vista, era
grande, redonda y muy suavecita,
ya habían pasado bastantes
semanas desde que no había
viajado precisamente por el hecho
de que su lobo se sentía muy mal
al dejar a su omega. La pancita
cada vez tomaba más tamaño
y dejaba buenos atributos a su
pareja, aunque para querer tocarlo
ahora tenía que pedir permiso,
aquello había sido una orden de
su prometido y como un buen alfa
respetaría su decisión.

- Estas precioso- soltó de la
nada besando las mejillas de
Jungkook, el castaño volteó
antes de agarrarlo de la nuca
y juntar ambos labios con
esmero.

- Eres mío, alfa -escuchó el
pequeño gruñido de su omega,
aunque aquello había sonado más
un ronroneo. Asintió, su respiración
pausándose cuando volvió a sentir
los labios de su pareja, era un beso
salvaje donde solo se dedicaba a
morderlo de los labios y a hundirle
la lengua hasta la garganta.

Tampoco se quejaba.

Los minutos pasaron y ambos
pararon agitados, Jungkook miró a
sus amigos riendo cuando los vio
conversar con normalidad. Volvió
la vista a su pareja antes de verlo
aún regular su respiración. Una
idea cruzó por su cabeza antes
de crear un recorrido de besos
desde el cuello hasta la oreja
de su compañero.

-Quiero jugar como antes,
Jiminie - levantado la mirada
se dio cuenta del feroz rojo de las
mejillas de su alfa, puchereando
antes de frotarse disimuladamente
sobre la entrepierna de este.
-Quiero hacer gemir a mi alfa
mientras lo monto-Jimin
solo se atoró con su propia saliva
antes de llevar su mano al vientre
de su pareja.

-L-lo que q-quieras conejito.

Jungkook sonrió antes de bajar de las
piernas de su amado y aferrarse al
brazo de este.

-¡Pervertidos!- Gritó Yoongi
antes de negar y volver su
vista a la televisión.

-Prepárate, Minnie. Que hoy no
dormirás. - Jungkook beso su mejilla
antes de volver a ver la televisión.

Jimin solo volvió a temer por
su vida al igual que cuando se
enfrentó con los Kang. Aunque
aquello había terminado bien.

Realmente Jungkook extrañaba los
juegos que solían jugar cuando
apenas se habían enlazado.








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