El Tercer Renacimiento del Dios del Vacío: Desde la Cima hasta el Olvido Eterno

El Destino Sellado en el Abismo Estelar

Lucifer, con una expresión de disgusto y enojo, sostenía su mirada fija en la imponente estatua de los diez héroes. 

{No puedo creer que alaben tanto a estos idiotas} mencionó con cierto desdén en su voz. El resplandor de las estatuas, que representaban a los héroes aclamados por la sociedad, iluminaba el lugar, pero para Lucifer, eran solo símbolos vacíos de valor.

Lucifer, con su mirada fija en las estatuas de los diez héroes, no pudo evitar expresar su crítica.

 {Lo único en lo que estos idiotas han ayudado a la sociedad es en destruir ciudades y planetas enteros. Claro, lo hicieron con el propósito de salvar personas, pero el resultado, ni los medios, fueron los más eficientes para cumplir este propósito} expresó con un tono sarcástico y crítico.

Sus palabras resonaron en el lugar, y su escepticismo hacia los métodos utilizados por los héroes para alcanzar sus objetivos quedó claramente establecido. Lucifer veía un patrón de destrucción y caos en los actos heroicos, lo que, en su opinión, dejaba mucho que desear en términos de eficiencia y consecuencias no deseadas.

Lucifer, con un gesto de resignación, continuó su monólogo para sí mismo.

{Pero aún así, las personas los adulan y los elogian como si fueran dioses. Aunque el motivo de esto es muy obvio. A las personas les gusta tener ídolos a los cuales idolatran, personas que sean fuertes y con una moral y ética irrompibles. Son el tipo de seres de los cuales las personas admiran, y los héroes corresponden perfectamente a estas características} exclamó con una mezcla de cinismo y entendimiento.

Con estas palabras, Lucifer se dirigió a la imponente estatua de los diez héroes y se colocó de frente a ella. Su mirada estaba fija en las figuras de piedra que representaban a los héroes, pero su escepticismo y crítica hacia la percepción de la sociedad sobre estos personajes eran evidentes. Para él, la admiración ciega a menudo se basaba en estereotipos de virtuosidad, y la realidad de los héroes no siempre coincidía con esta idealización.

Lucifer, con una mirada seria que expresaba su profundo disgusto hacia los héroes, no pudo evitar soltar su frustración. {A estos idiotas los odio, y no es porque sienta envidia ni nada de eso. Sino porque su moral y ética son una mierda}, expresó con una voz cargada de desprecio.

Lucifer, con una mezcla de confusión y enojo, reflexionó sobre el extraño sueño en el que se encontraba.

 {No entiendo el motivo por el que tenga este estúpido sueño y si esto se trata de mi peor miedo, entonces es una estupidez. Pero si se trata de algo que verdaderamente me haga enojar, entonces esto está bien} mencionó con una voz llena de descontento.

La dualidad de sus emociones se reflejaba en su expresión y en el puño derecho que cerró con una gran fuerza. La ira y el enojo que sentía en ese momento eran tan intensos que comenzaron a hacer que las venas de su brazo derecho se hincharan visiblemente. Sintió una oleada de poder que recorría su cuerpo y, en un acto impulsivo, lanzó un poderoso ataque dirigido a la estatua de los diez héroes.

El impacto del ataque fue devastador. No solo destruyó la estatua de los héroes, sino que también hizo añicos el mismo sueño en el que se encontraba. En un instante, Lucifer despertó, regresando al mundo real.

Al abrir los ojos después de su corto sueño, Lucifer se encontró tirado en el suelo del calabozo o lo que quedaba del calabozo después de haber sido destruido por su chasquido y se encontraba completamente recuperado de los efectos del dominio de Malki. Sin embargo, algo había cambiado drásticamente. Sus sentidos percibieron que el dominio de Malki, que antes había sido tan molesto para el en el combate y poderoso, había desaparecido por completo dando a entender que malki había sido derrotado.