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—Bien, yo voy por la mochila y unas cuantas cosas —habló Danielle bien entraron al lugar—. Tú anda por los snacks y las galletas.

—¿Y las frutas? —alzó una ceja.

—¿Qué? No, Haerin —se quejó apunto de parecer una pequeña niña.

—No pienso comer solo esas cosas —esta vez se cruzó de brazos, mirándola fijamente para poder ganar la diminuta discusión.

—Ah... —suspiró hondamente—. Está bien. Compra las necesarias para ti.

—Tú también comerás, Marsh, ni creas que dejaré que te llenes con solo esa clase de cosas.

—Sí, lo que tú digas —volteó para poder rodar los ojos, sonriendo con diversión al estar totalmente segura que no le haría caso en absoluto—. Nos vemos en la sección de bebidas.

Haerin asintió levemente y terminó por irse a tomar una canasta. Una vez lista, emprendió camino hacia los estantes repletos de frituras que a la mayor le encantaban. Pasó bastante tiempo cuando pensó que tenía lo suficiente, yendo después a la sección de frutas para llevarse envases de manzanas, naranjas y duraznos frescos.

Los minutos pasaron, soltó un suspiro sintiéndose satisfecha y recordó ir a la sección que justamente Danielle le había indicado, esperando a la vez que su chica ya hubiera concluido con sus respectivas compras.

Grande fue su sorpresa al no verla ahí. Simplemente se encogió de hombros y decidió caminar por los pasillos hasta poder encontrarla.

***

Marsh relamía sus labios, analizando con la mirada los productos que estaban frente suyo. Resopló, tomando un par de bloqueadores y cremas humectantes para poder acomodarlas en la canasta juntos a algunos accesorios que ya había escogido.

Sacudió su cabello con normalidad y justo antes de dar media vuelta, una aguda voz tuvo que detenerla.

—¡Hola! —dirigió su mirada a la joven muchacha, sintiéndose confundida ante el atrevimiento que esta tuvo.

—Ah, hola —realmente dudó. ¿Era buena idea seguirle la conversación?

—Hey, Danielle Unnie, ¿adónde vas con todas estas cosas? —sonrió ampliamente, tomando un mechón de su cabello para hondearlo con sus dedos. Un claro acto de coquetería y dulzura.

La mencionada frunció el ceño.

—¿Cómo sabes tú mi nombre? Lo lamento, pero no tengo idea alguna.

La chica soltó una suave y armoniosa risa.

—¡Oh, vamos, Unnie! Tal vez no sepa de mi existencia, pero ambas asistimos a la misma universidad. Usted es la chica más popular y guapa de ahí.

—Oh —calló tajantemente.

—Y bueno. ¿A dónde va con todas estas cosas?

—De paseo.

—¿Sola? —inquirió mirándola con ansiedad.

—¡Jiwoo! ¿Dónde diablos estabas? —una castaña se acercó con rapidez, tirando del brazo de su amiga.

—No hagas ruido, Haewon —le recriminó, para luego susurrarle al oído—: Ella es la chica de la que te estaba hablando.

La australiana agrandó los ojos en sorpresa y se disculpó con ambas, excusándose con que le faltaban muchas cosas por comprar.

—Wow, es una gran coincidencia el habernos encontrado —Dani la sentía tan fingida. ¿Porqué no podían ser tan sinceras como Haerin? Ah, desde la primera vez que coincidieron en la misma clase, Danielle supo que ella era diferente.

sucker for you; daerinTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang