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[La Mañana Siguiente]

Un suspiró salió de su cuerpo tan pronto volvió a tomar conciencia; Perú había tenido un largo y profundo sueño por lo que recordaba, aunque no tenía conocimiento sobre el tiempo en el cual su cuerpo había descansado. Sintió un peso leve encima de su abdomen, Romey estaba subido en él, el dolor el su abdomen ya había desaparecido casi por completo, ahora no tenía molestia.

Perú no quiso levantar al canino, pero su columna sentía cierta molestia por el tiempo que había pasado recostado, así que apartó al cachorro, no tanto, lo suficiente como para poder sentarse. Apreciaba mucho que el cachorro no arremetiera contra él por haberlo molestado al moverlo. Perú se quedó en silencio un buen rato. Suspiró, se mordió el labio inferior. Un extraño sentimiento se hizo presente, con duda se relamió los labios, tenía una sensación extraña, un sentimiento diferente, y lo sabía perfectamente.

–Buenos días–Dahlien al llegar al lugar recorrió las cortinas qué servían de pared y se acercó al peruano, primero tomó la temperatura de este y luego solo soltó un suspiro aliviado, al parecer dormir bien generaba muchas cosas buenas a todos, el contrario parecía en mejor estado, así que decidió traerle algo de comer, pero antes quería hablar un poco– ¿Cuéntame, cómo estuvo tu noche?

–Supongo que muy bien, tuve un sueño algo raro, pero mi descanso fue complaciente– Perú no solía soñar, normalmente solo dormía, pero esta vez sí fue menos común.

–Ya veo– Dahlien la noche anterior antes de quedarse dormida había meditado un poco con respecto al peruano, era un joven muy apuesto ante sus ojos, sospechaba que había mentido con respecto a su altura, pero no es como que importara mucho, en estos tiempos de guerra esas cosas dejaron de tener valía, la muchacha llegó a una conclusión. Mostró una suave sonrisa –Cuando todo terminé deseo que entablemos una relación diferente a la de un paciente y una enfermera...– dijo la mujer sin más, se levantó y salió del lugar, tenía que ir a por comida, para ella, para el peruano y para el perrito, qué ahora que lo piensa no conoce su nombre, muy mal, si iba a tener una relación con aquel muchacho necesitaba conocer todo sobre él, más tarde podría averiguar un poco más.

[. . . ]

Quizá la chica tardó más de lo que pensó, las cosas por la mañana se pusieron algo ajetreadas, cambiar vendas, alimentar heridos, darles su medicina, puro relleno.

–Lamento la demora– solo había pasado algo más de una hora cuando pudo regresar con el peruano. Con una bandeja en manos, encima tenía algunas agujas, pastillas, vendas y platos, dejó uno en el suelo, era comida para el can.

–¿Ya decidiste cómo llamarlo?– Dahlien preguntó mientras alistaba aquella inyección, asegurándose de que todo esté en orden con aquella jeringuilla, a decir verdad no prestó mucha atención a las palabras del peruano, se hallaba algo hipnotizada por la aguja del objeto, raro.

–Oh, sí. Se llama Romey –Perú miró a la mujer y luego a la jeringa que tenía, algo dudoso por lo que era, aunque no sabía de medicina– ¿Qué es? –Preguntó, acerca de la jeringa.

–Pues, es un medicamento, dudo que te importe, solo confía– la joven mencionó mientras sujetaba el brazo del peruano, prontamente inyecto la aguja y vacío el contenido, al sacar la aguja coloco un pequeño algodón ahí, se encontraba en contradicción consigo misma, sentía que había sonado grosera, pero también sentía que había dicho las palabras correctas, era extraño, sacudió ligeramente su cabeza, no debía distraerse en momentos así, era peligroso. Tomó el plato qué contenía una especie de papilla y mostró un intento de sonrisa– Esto puede que no te guste, pero debido a que la herida fue en el estómago, dudamos que puedas procesar los alimentos de la forma normal, tampoco tiene sabor, así que no te mentiré, probablemente lo detestes–irónicamente, ella creía que el contrario era un sujeto demasiado exigente con todo, alguien que no había vivido la experiencia de la guerra hasta que llegó a este lugar, alguien que probablemente no sabía lo que era pasar hambre o comer cosas en un terrible estado, se dio un golpe mental al darse cuenta de que volvía a divagar, necesitaba distraerse–¿Puedes contarme tu sueño?

Yuanfen (countryhumans)Where stories live. Discover now