Capítulo 4 - ¿Donde estamos?

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- Déjennos salir,¡ por favor!. - gritaba jennie.

- ¿Puedes cerrar tu maldita boca? ellos se pueden molestar y será peor para nosotros.- ella se me quedó mirándome con los ojos llenos de lagrimas.

- ¿Estás bien?- Me Preguntó de la nada.

- No, tengo un dolor horrible de cabeza, y tus gritos estan haciendo que empeore. -Exprese por la sensación de dolor que tenía en mi cabeza.

- Creo saber porque te duele. - dijo acercando su mano a mi frente. - te golpearon tienes una herida. -Me dijo ella quien no me daba la mirada fija. Me sorprendí ante el hecho de tener una herida en mi cabeza.

-No puede ser ¿Se ve mal? - dije con miedo a que fuera una herida que pueda dejar marca.

-Que egocentrica, estamos secuestradas y solo te importa tu apariencia.- Ella estaba muy bien. No deja su mal humor, además de pensar las cosas mal.

-¿Secuestradas?, si lo dices así tengo miedo.

-tal vez tu mandaste a que nos secuestren, ya que estas tan obsesionada conmigo.

- Ey, yo no mande a que nos secuestraran y menos lo haría contigo, sabiendo que eres peor que una patada en los huevos. No estoy demente para hacer eso.

Las dos nos quedamos en silencio cuando escuchamos la puerta sonar. Jennie se acerco de inmediato hacia mi agarrando mi mano, aquella acción me tomo de sorpresa, sus manos eran suaves, sentí una extraña sensación recorrer mi cuerpo.

-¿Por qué trajiste dos? Eres imbecil o te haces.- Decía el otro secuestrador.

-Estaban juntas. No sabia a quien traer. -Hablaban uno al otro como si no estuviéramos.

-La hija del presidente, era la única que tenías que traer, la hija del presidente es la del pelo corto idiota.- Gritaba el que parecía ser el jefe

-Pues no podía dejar tampoco testigos. -Defendió su error el otro secuestrador.

- Arregla este desastre. Ellos discutían y sabía perfectamente que jennie estaba corriendo peligro. Cuando me han entrenado en la casa blanca para cualquier alerta, una de las cosas más peligrosas en caso de un secuestro es cuando los secuestradores no se ponen de acuerdo.

Ellos volvieron a salir, estaban armados, el lugar estaba sin salida, la única puerta era por donde ellos entraron. Esto no estaba nada bien. Era bastante riesgoso. Sentí la mano de jennie soltarme y no quería dejar de tocar esas manos, quería tocarla.

-¿Qué quisieron decir? Necesitamos salir de aquí,- Dijo la morena al lado mio.

- Si no nos amarraron es porque el lugar está resguardado, porque no nos quieren heridas y a la única que quieren es a mí. Puedes calmarte por favor.

LA HIJA DEL PRESIDENTE. |★• G!P ‐ Jenlisa •★|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora