👑 Interno 👑

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Dongmin miró a los pequeños comer tranquilamente, parecían bastante a gustos mientras comían, igualmente deleitados. Dejando de lado eso, el omega miró de reojo al rubio, quien comía feliz de la vida su cena.

"Dejarte nuevamente en cinta cuan pronto nazca el que está en camino"

Un escalofrío recorrió su espalda nada más al pensar en eso, ¿dejarlo como bola de boliche de nuevo?, ¿qué significa eso?

Era algún tipo de amenaza que quería cumplir, ¿o algo así?

Dongmin no estaba seguro, pero de lo que sí estaba seguro era que su cuerpo, sobre todo su trasero, estaba en peligro. Habiendo conocido algo al alfa esos meses le hacía estar seguro de unas cuantas cosas, muy pocas veces Bin amenazaba en vano. Cómo una vez que el rubio prometió dejarlo sin caminar por hacerle un berrinche, que ahora que lo pensaba pudo haber sido causado por estar embarazado.

Bueno, quizás no prestarle la suficiente atención a su cuerpo no fue buena idea. ¡Pero el creía que al ser hombre todo iba a estar bien!, nunca se enteró que aún teniendo una polla entre las piernas podía salir con una gran panza algo fastidiosa, bueno, al menos no lo era por el momento.

-Minnie... -el omega salió de sus pensamientos y miró a la pequeña que le llamó de forma vacilante, ella parecía querer preguntar algo, aunque no tenía aún la suficiente confianza para decir algo sin temor.

-¿Sí?, ¿qué ocurre JiEun? -Jimin preguntó con voz suave, tratando de hacer sentir segura a la niña, quien miró hacia la mesa y apuntó con su pequeño dedito a un pan.

-¿Puedo comerlo? -el pan tenía la figura como el de una rosa, un delicioso melado que se miraba rebozar y parecía de fresas derretidas, estaba dorado y apetitoso a la vista.

JiEun lo había visto antes en algunas panaderías de la ciudad, pero nunca pudo probar uno, hasta ahora que lo tenía ahí al frente suyo, quería agarrarlo, sin embargo, no sabía si era para el omega mayor o le molestaría que tomara. La albina miró sorprendida como el pelinegro tomaba el pan y lo ponía en su plato mientras le miraba con una sonrisa suave.

-Claro que puedes comerlo, es todo tuyo - Dongmin acarició el cabello de la menor y volvió a su comida, la cual no había tocado mucho. Suspiró y miró de reojo como JiEun tenía un gran sonrojo en el rostro mientras degustaba el pan relleno de fresas en mermelada.

Sonrió sin poder evitarlo, se sentía tan feliz en ese momento, era como si esa parte suya que siempre estaba en su mente gritando y molestando estuviera completamente satisfecha, completa en su vida. Al mirar al pequeño Myungjun se dio cuenta que se estaba durmiendo en su puesto mientras masticaba, tenía sus mejillas llenas y con algunos granitos de arroz pegadas en ellas. ¿Por qué estaba tan cansado?

Tenía entendido que los niños siempre estaban llenos de energías, pero al que miraba parecía que había corrido una maratón. Tal vez no había descansado lo suficiente aún, para que su cuerpo se llenase de toda esa energía que tenía un infante de su edad.

El menor volteó su rostro a Bin, el rubio terminaba de dar su último bocado a su comida, parecía que estaba metido en su propio mundo y Dongmin solo pudo suspirar. Volvió a mirar su comida y frunció el ceño, no tenía la costumbre de dejar algo en el plato con sobras, pero no tenía mucha hambre.

-Conozco esa mirada, te comes todo Dongmin, así como lo haces con Moon Bin Jr. -la voz del rubio le hizo sacar un chillido, de susto y vergüenza, la pequeña JiEun los miró con curiosidad y su rostro lleno de dulce.

-¿C-Comes cachorros, Minnie? -ella preguntó de manera inocente y Park sintió su rostro arder mientras que Bin soltaba una carcajada con ganas.

-¿¡Q-Qué!? ¡No, claro que no JiEun! -Jimin exclamó con obvio nerviosismo, luego se dio vuelta para encarar al rubio-. ¡No digas esas cosas, Bin!

No es mi mundo | BINWOOWhere stories live. Discover now