15.

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El apartamento de Lena empieza a acumular recuerdos vividos con Kara. Se detiene al pie de la estantería donde comenzó todo con una explosión de harina, al igual que lo hizo el Big Bang, a mayor escala pero con igual resultado: la creación de un mundo nuevo. Lena se siente como si hubiera despertado de un largo letargo y viera el mundo con ojos renovados, llena de vida y con una curiosidad inédita, hay tanto por descubrir y tantas variables a su disposición. La morena sonríe mientras su mente rememora ese primer beso, aquel tan torpe que no tenía ni idea de cómo devolver pero que ansiaba tanto que simplemente se lanzó desinhibida.

Sigue su recorrido inspeccionando el apartamento antes de salir hacia el trabajo, la manía de dejar todo recogido y limpio como para pasar revista antes de abandonar la casa es de las pocas rutinas que no se ha visto afectada por su relación con Kara. Ahora tarda un poco más de tiempo en llevarla a cabo, pero sustancialmente no ha cambiado.

Su mano recorre la balda de libros y coloca los volúmenes perfectamente alineados a dos centímetros del borde. Anoche, Kara estuvo inspeccionando su colección y al devolverlos a su lugar ha descolocado su orden natural. La frase "Tu cociente intelectual... sé que supera con creces la media pero, ¿de verdad entiendes todo lo que dicen estos libros? Pareces tan normal, como yo... ¿sabes? No tienes pinta de ser una mente maravillosa de esas, estrafalaria y un poco loca" suena alta y clara, tan real como si su chica acabara de decírselo en este momento. Acaricia el lomo de "La partícula de Dios" y lo coloca en línea con el resto de libros.

Se vuelve hacia el sofá y su mirada recae automáticamente en el lado de Kara. En estas semanas en las que la rubia se ha quedado a cenar en su casa, siempre se ha sentado en un mismo lugar para ver la televisión juntas. Ese sitio favorito está junto al suyo, Kara se sienta tan cerca que los primeros días Lena era incapaz de concentrarse en el programa que estaban viendo, el calor que irradiaba el cuerpo de su chica acaparaba toda su actividad neuronal. Era como si no pudiera pensar en otra cosa que no fuera la proximidad que mantenían y el hecho de tenerla casi piel con piel, con una minúscula capa de tela entre medias. Tampoco ayudó que la rubia se recostarse sobre ella y apoyara la cabeza en su hombro, eso provocó que una oleada de perfume dulce se filtrara por su nariz y se le quedara grabada a fuego. Desde entonces, a Lena le basta con cerrar los ojos mientras ahueca los cojines para rememorar la fragancia de Kara y volver a disparar las pulsaciones, tal y como sucedió aquella noche.

Todavía no puede explicar cómo Kara es capaz de despertar todas esas reacciones en su cuerpo sin apenas proponérselo. Es como si cada una de sus células vibraran al mismo compás que marca la rubia, como si ambas fueran parte de la misma forma de onda y volaran cual bandada de estorninos, en perfecta sincronía realizando una danza hipnótica. Su férrea fuerza de voluntad se doblega a merced de Kara, pierde la cordura cuando está en su compañía y actúa por instinto; Lena es una persona completamente distinta desde que dejó entrar a la rubia en su vida y ese hecho debería de provocarle vértigo, pero es una anomalía que sucede únicamente con Kara. La excepción a todas sus reglas.

Dobla con suavidad la manta que tiene para el sofá y de ella se desprende un pedazo de papel doblado. Éste vuela con el impulso hasta el centro del salón, Lena deja sin terminar de doblar la manta y se aproxima hacia el papelito. Es una nota doblada a la mitad con unas líneas manuscritas, enseguida reconoce la letra de Kara y se sorprende al leerla. Es un mensaje para ella.

"Estoy deseando volver a besarte. ¿Qué le pones a tu lápiz de labios? Apuesto que es un truco de cerebritos, porque es adictivo. XOX"

La sonrisa de Lena se extiende orgullosa por su rostro, ella también anhela fundirse en un solo ser con los labios carnosos de Kara. La rubia no es la única con ese mismo sentimiento. Se pone en pie, guarda la nota en el bolsillo de su chaqueta americana y sin entretenerse ni un minuto más, termina de recoger todo el apartamento y sale pitando de casa.

KryosWhere stories live. Discover now