Desolación

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Hojas tras hojas tiradas en el piso, arrugadas y arrancadas con odio, la chica nunca se había detestado tanto como ahora, se presionaba cada vez más, cerrando sus ojos con mucha fuerza y apretando el lápiz con fuerza sobre el libro de bocetos, que tenía ya un corte de la fuerza del lápiz, aún así Lia no podía parar pues el dibujo que desea no quedaba, no porque no fueran buenos hacía tantos y ninguno le parecía perfecto, hacia todo mal, o no, pues en realidad la perfección que tenía en mente era algo errónea, plasmar lo que deseaba era imposible porque al mínimo error lo desechaba fuera o no un buen dibujo, estaba tan frustrada y temblaba tanto que ningún trazo sería jamás perfecto.

—Lia, soy Sarah —susurraba Sarah tras la puerta, había pasado ya un buen rato y la mujer quería saber si Lia estaba bien, más porque los toques en la puerta no habían sido respondidos y por eso dijo que era ella pues por lo ocurrido en la entrada veía que Regulus no era de su agrado en ese momento

La chica se limpió la cara con rapidez y pateo bajo la cama los papeles que había tirado y se encontraban esparcidos por todos los rincones, se levantó y abrió la puerta pensando tener todo en orden aunque la mirada de susto de Sarah le hizo recordar sus heridas, heridas que por cierto no habían sido curadas.

—Por... —formulaba Sarah sin palabras entrando al cuarto para tomar asiento debido al susto, Lia aprovechó para cerrar la puerta y patear algunos papeles que estaban por ahí

Por unos segundos pensó en no quitarse los tenis pues le daba miedo el dolor pero sabía cómo eran las heridas y de dejarla por más tiempo ahí la cicatriz sería peor y se podría infectar, por eso se sentó con rapidez a un lado de Sarah y se quitó los tenis, resistiendo el dolor mientras se los quitaba cosa que sorprendía más a Sarah, la chica sacó un trapo blanco de su bolso y lo puso bajo su pies por las gotas de sangre, empezó a limpiar su pie con su varita realizando también hechizos sanadores, lo doloroso fue sellar el tajo pero una vez hecho eso puso una poción tranquilizante y sintió un peso fuera, con su cabeza ocurría lo mismo aunque no era un tajo de vidrio si no mas bien un golpe el cual tenía que desinflamar y bajar el color también encargándose de cualquier tipo de fractura o sangrado interno que fue resuelto, quedándose sin fuerza y con falta de sangre

—¿Que bestia te hizo eso?
—Solo un... mortifago..., no Regulus —agregó por si malinterpretaba sus palabras— no fue peor por suerte
—¿Peor? Solo matándote
—Creo que eso quería... —murmuró Lia pensativa y algo decaída más que todo por su falta de ánimos
—Debes descansar —dijo Sarah que la ayudaba con el golpe en su cabeza— mucho
—No importa... —sonrió levemente— ya tuve fracturas fuertes en la cabeza... me recuperare

Terminó recostándose cada vez más aunque Sarah elevaba su cabeza para ponerle unas almohadas, no quería que durmiera recta o algún accidente podría pasar. Sarah no durmió muy bien pues estaba pensando en los golpes de la chica y esperando que nada fuese peor de lo que ya se veía, al día siguiente no se decidió si darle algún desayuno pues no sabía si despertar a la chica o dejarla descansar más, aún así después de la mirada de intriga y sospecha de Regulus junto a la mirada confusa de John decidió llevar el desayuno al cuarto de Lia. Regulus frunció el ceño y John miró a su esposa entrecerrando los ojos y no porque subir el desayuno fuese algo loco, lo que les parecía extraño era el gesto de parte de Sarah aunque no hizo pues fue a la puerta a atender a una invitada.

—¿Qué...? —susurró asustada al ver a Lia bajando las escaleras
—Hola —saluda la chica bajando las escaleras con normalidad
—Deberías descansar —dijo Sarah en negativa a que Lia estuviese de pie
—Ya estoy bien —tranquilizó Lia sonriéndole

No estaba bien, con las palabras correctas estaba mejor que ayer pero no bien, los moretones no habían quedado expuestos en su rostro, tenía uno en la cabeza pero lo cubría su cabello y no había un bulto debido a las pociones que se había colocado que habían bajado la altura de estos, con el pie estaba mejor aunque le fastidiaba pisar y le dolía un poco aunque resistía eso con más facilidad que ayer, en todo caso lo más frustrante para Lia eran los nuevos dolores, no había sentido el de su brazo hasta el momento de levantarse cuando se vistió y una prenda la rozó con fuerza haciéndole sentir un dolor intenso, él siguiente golpe no lo sintió si no lo notó, en su muslo, era debido al empujón, pensó, cuando notó el verde y morado en su pie.

Inefable - SerendipiaWhere stories live. Discover now