C.7 Profundo dolor

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Es hoy. Hoy es el día.

Pensaba Harry con entusiasmo.

Estaba decidido. Finalmente, le confesaría a Malfoy sus sentimientos. Quizá era demasiado apresurado hacerlo ahora, pero no podía seguir evadiendo sus sentimientos. Cada vez se le complicaba más ocultar las ganas de verlo, de tenerlo cerca y de besarlo. Oh, dios, moría por besar sus labios. Había imaginado ese momento cientos de veces, siendo consciente de que si pasara, Draco se volvería una adicción para él.

En la noche tuvo una extensa charla con su mejor amiga que casi le hace perder la noción del tiempo. Afortunadamente, Mione se fue a dormir minutos después de la medianoche, horario en el que huía a la torre de astronomía. Así que pudo disfrutar de la compañía del chico que tanto le gusta, pero no olvido las palabras de Hermione en ningún momento. Ella le confesó estar aburrida de verlo babear por el príncipe de Slytherin y no hacer nada. Él no se molestó en negar esos sentimientos, no tenía forma, se le notaba a simple vista.

—Cuando estamos en clase, Ron y tú se la pasan hablando y no prestan atención. Pero en el último tiempo he notado que estás más atento, no a la clase, pero tu mirada siempre está puesta sobre una persona, Draco Malfoy. En él, si te concentras y puedo jurar que serías capaz de pasar horas y horas viéndolo —dice riendo—. Oh, y no creas que no note los coqueteos para nada discretos entre ustedes. Él te lanza notitas todo el tiempo y tú le dejas mensajes ocultos en sus libros.

—Herms, ¿leíste el libro que Draco dejo olvidado en la biblioteca? —pegunto el ojiverde, aun sabiendo la respuesta.

—Ese no es el punto, Harry. Pero sí, lo hice. Fue bastante interesante, en especial cuando encontré la nota que decía "Te ves bonito siempre, pero cuando sonríes eres más precioso”. Si yo me emocioné al leer eso, imagínate Malfoy. Era un tomate.

Harry sonrío embobado imaginandolo.

—¿Qué debo hacer, Herms? Ya no puedo retener esto —señala su corazón—. Es más fuerte que yo.

Le duele el pecho de tanto guardar sus sentimientos. Necesita ser sincero con Draco y confesarle que lo quiere e incluso más que eso.

—¡Habla con él, Harry! —exclama la chica—. Se sinceró y créeme que valdrá la pena. No eres el único enamorado.

—Imposible que él lo esté. Al menos no de mí.

Tras decir aquello estuvo con pocas energías por el resto de la noche. Ese pensamiento negativo le arranco las ganas de vivir por muchas horas.

Pero hoy las cosas son diferentes. Se siente mejor y con muchas energías. Si no fuera por los nervios, ya hubiera salido corriendo a gritarle al rubio lo que siente. Pero por más lindo que eso sería, también es muy arriesgado porque Draco no necesita decir mucho para pisotear sus ilusiones y regresarlo a la realidad.

Está más que dispuesto a afrontar lo que sea. Si Draco es el chico que merece sus sentimientos, sabrá afrontar la situación de buena manera. Está bien si no le corresponde, pero al menos lo rechazará con cuidado. Eso espera. Su corazón no aguantaría una cicatriz más.

Aun con miedo y cabizbajo, salió de su sala común directo al gran comedor. Al entrar sus amigos lo esperaban. Hermione le regalo una sonrisa nerviosa al verlo y él no comprendió el motivo en ese instante. Así que se sentó junto a Ron y saludo a sus amigos con una sonrisa. Rápidamente, entablo una conversación con el pelirrojo y Neville. Pero cuando miraba a su amiga la veía muy nerviosa y no era el único, cuando Ginny se dio cuenta le pidió a la joven hablar. Minutos después, la menor de los Weasley compartía la misma expresión.

Los chicos que no tenían opción Where stories live. Discover now