Parte 1 - Lo Desconocido Es Aterrador

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— Vamos niño bonito deja de descansar que todavía tienes dos horas más de trabajo — El capataz de la mina de Abisstal, apuro al joven Ethan el cual todavía no había terminado de comer su pan de dos días atrás, pero este solo afirmo con su cabeza y se adentró en la mina agarrando un pico, sabía que si quería sobrevivir tenía que trabajar.

La vida en el infierno para los demonios de clase baja no era fácil, pero mucho menos para un joven de diecisiete años sin familia, el estudiaba en el instituto por las mañanas, luego trabajaba seis horas en las minas para poder comer, aunque él no se preocupaba mucho por ese asunto, ya no era el único el cual tenia que vivir de forma penosa.

Sus manos sangraban de tanto trabajar, el mineral Abisstal era uno de los mas duros del infierno, y también era el que mejor absorbía el aura Infernal, por esta razón era el mineral mejor cotizado, las casas nobles del infierno gastaban muchos recursos para obtenerlo.

Estuvo dos horas trabajando sin detenerse, pero no consiguió ni un gramo del material, eso significaba que hoy no tendría un pago, con su rostro cansado y una mirada de desilusión dejo el pico y se fue caminando hacia unos de los barrios bajos en la ciudad cráneo roto, en donde él vivía.

En el camino paso por el barrio rojo, donde las súcubos y íncubos trabajaban, disfruto de ver unos grandes pechos y unas figuras ardientes que lo llamaban con su aura demoníaca, deseaba de todo corazón entrar, siempre quiso saber lo que se sentía tener una mujer es sus brazos, pero los demonios de clases baja no se pueden distraer con mujeres o vivirán la eternidad minando o haciendo trabajos menores.

— Un mal día amigo mío — Llegando a su casa le hablo Mordrek un demonio de unos quinientos años, aunque tenia un rostro mas juvenil que Ethan, el cual estaba tomando de una botella alcohol del pico de esta.

— No encontré nada en la mina, y el instituto siempre nos enseñan lo mismo — Mas le contaba más se decepcionaba.

— El instituto es la forma que los de arriba con adoctrinan, pero veras que pasando los años y puedas aumentar tu aura demoníaca todo mejorara, y podas tener unas grandes tetas como las que te gustan.

Tan solo de imaginarse de tener unos pechos grandes en sus manos Ethan sonrió, Luego miro al demonio y le pregunto con seriedad — Cuantos años crees que tendré que esperar para dejar las minas.

Este se puso serio llevando su mano en la barbilla, luego de unos segundos respondió — A mi me llevo cien años terrenales, pero si tienes suerte en encontrar mucho Abisstal en menos tiempo.

— No eso es un montón — Se apoyo contra la pared y le robo la botella a Mordrek dándole un buen trago.

— No te la tomes toda — Le saco la botella y continúo diciendo — A todos los que nacemos con un aura baja nos pasa lo mismo, tenemos que ser paciente hasta poder elevar nuestra aura hasta el próximo nivel.

— Que suerte que tienen los nobles, ellos nacen con un aura superior, y no tienen que hacer nada para conseguir mujeres, poder, comida, aaah, como los envidio — Grito con fuerza que se escucho en unas cuantas calles.

— Tienes otra forma de salir de esta mala situación, seguirás siendo un demonio de clase baja de nivel cinco, pero tendrás más tiempo de entrenar tu aura y — Le serró un ojo — Podrás conseguir mujeres.

— Cual, cual, DIMELO...

— Ir a la tierra con los humanos — En el rostro de Mordrek se dibujó una sonrisa malévola.

— Pensé que eras mi amigo quieres que me maten — Todo demonio, sabia en la tierra en que vivían los humanos estaban las cien armas legendarias creadas por los primeros alquimistas humanos, los mas talentosos de todos los planos, estas armas habían sido entregadas a distintas organizaciones, que casualmente todas odiaban a los demonios, por eso para un demonio sobrevivir en la tierra era muy difícil.

Diablo: El Ardiente Destino del DemonioWhere stories live. Discover now