𝗙𝗢𝗟𝗞𝗟𝗢𝗥𝗘┃ 𝗦𝗰𝗿𝗲𝗮𝗺 1996 ✔

𝘁𝘄𝗼, you are not bad

❛ 🐚 ⊹ ▦ ୧ —— ❪ 𝘁𝘂 𝗻𝗼 𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗺𝗮𝗹𝗮 ❫

Angelina miró el ventanal del departamento. Habían cosas que quería decirles a Billy y a Stu, ellos siempre fueron los amores de su vida, era gracioso que por cosas tan atroces que hicieron se hayan convertido en pareja los tres.

La luz del día se iba poco a poco, tan lentamente que torturaba. Podía sentir el sol dar en sus piernas desnudas, ya que llevaba un short, se sentía rara, no se sentía bien, ni feliz o enojada. Rara.

Sentía culpa, pues si no fuera porque le disparó a Randy el estaría vivo. Por otro lado Tatum sigue viva, pero Angie vive con la culpa de casi matarla día a día. El brillo en sus ojos desaparecía cada día más, nadie se daba cuenta de aquello. Solo habían tres personas que no la odiaban: Billy, Stu y Aurora. Pero Angie estaba segura que si su hija supiera quien fue ella, estaría decepsionada.

No podía arrepentirse. No quería hacerlo, ¿pero por qué? Esa pregunta rondaba por su cabeza cada segundo que pasaba.

Un toque en su hombro la hizo salír se sus pensamientos, era Stu. El rubio se sentó a su lado mientras ella recargaba su cabeza en su pecho.

— ¿Puedo saber en qué piensas, cariño?—Preguntó el Macher, esperando una respuesta por parte de su novia.

— ¿Has sentido qué estás roto? Como...

— ¿Destruida?—Preguntó el rubio ojiazul, a lo que Angelina asintío—, muchas veces, ¿porqué, muñeca?

— Así me siento, desde...eso—Murmuró Angie, haciendo al ojíazul suspirar, la subío a su regazo, las piernas de Angelina a cada lado de las suyas. El chico solo se dedico a mirar sus ojos.

— Tú no estás rota, despues de todo, tú madre te manipuló. Tú eres mi angel, nuestro angel, eres tan linda que dueles—Stuart mumuró aquello, ya que estaban tan cerca que podían escuchar todo lo que decían. Podían sentír el calor del otro, Angie mordío su labio inferíor con amargura—, eres todo lo que siempre pedí, ¿no lo entiendes? Eres un angel caido del cielo, eres todo lo que yo y Billy buscamos por todo el mundo.

— Por ustedes yo cruzaría la linea, por ustedes yo podría caer de la gracia—Habló la Montgomery, tan cerca del rostro del rubio que podían oírse respirar. Podían sentirse tan lejos pero estaban tan cerca, podían sentir sus pechos subír y bajar.

Angelina cortó el espacío entre ellos, Stuart y Angelina mantenían el beso tan delicado, no era como otros, lujuria y tension. Éste era de amor, era todo lo que sentían que no podían decir, lo demostraban en un beso.

La danza de labios era tan fina y suave que dolía, Stu ahúeco las mejillas de la castaña con sus manos, luego bajó una mano a su cintura, la necesitaba cerca de el, más si era posible. Angie ni siquiera había rechistado, habían amores que jamás serán como otros, simplemente serán mejores o peores, todo acaba, ¿pero lo de ellos? Jamás lo haría.

La falta de aíre se hizo presente, haciendolos separarse, se sonrieron como idiotas. Angie posó sus brazos detras del cuellos del rubio, el chico aún tenía sus manos enroscadas en su cintura, el rubio soltó un gemido al sentír las manos de la chica jalar levemente su pelo, pues no sabía porque, pero sentía paz.

— Aveces eres raro—Dijo la castaña con una sonrisa, lo que hizo abrír sus ojos y verla con el ceño fruncido—, digo, te gusta que te jalen el pelo, lo cual, es de raritos.

— Siento paz, ya se los había dicho—Mumuró Stu mientras paseaba sus manos por la cintura hasta la cadera de Angie. Su piel era suave.

Angelina sonrío antes de escuchar el abrír de una puerta, era Billy, ¿no? Ambos adolecentes fueron a ver y no había nadie.

Una sombra pasó por detras de ellos, haciendolos voltear con agresividad. Era un ghostface.

El asesino se abalanzó contra la castaña, la chica la lanzó con una patada, quitandole el cuchillo de la mano.

— ¡Ustedes mataron a Billy Loomis!—Las palabras roncas de la ghostface, los hicieron parpadear.

Billy salío detras de la enmascarada, mientras sostenía un cuchillo, nadie atacaría a sus chicos, lo clavó en el costado de la enmascarada, haciendola jadear de dolor.

— ¡Todos mueren exepto nosotros!—Gritó el castaño, mientras sacaba el cuchillo del cuerpo de la mujer, la enmascarada salío corriendo. Nadie la detuvó.

— ¿Cuando llegaste?—Preguntó Stu, tomando la cintura de su novia.

— Detras de el—Dijo Billy—, ¿como sabemos qué hicimos una secuela? Así.

Angie suspiró— Somos unos idiotas.

— ¿Enserio, amor?—Preguntó Billy, ironicamente.

— ¡Estamos jodidos!