DUOLOGIA A SU LADO I
"Aria Nikolaou y Aksel Abramovich estaban unidos por algo más que el destino, por algo más que una sana obsesión".
"Solo no tomaron algo en cuenta, que de la suerte y de la muerte nadie se escapa"
Portada: CarlieLeblanc
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Querían mataron, tienen mataron, pasando lista, digan presente ...
•|Aria|•
Me despierto con el insistente sonido del timbre de mi celular, me estiro para agarrarlo de la mesita de noche y casi me caigo de la cama, logro agarrarme con fuerza de lo que parece ser la sabana y doy vuelta a mi cuerpo para ver de qué me estoy sosteniendo y veo la maraña de cabello de Eimy envuelto en mi puño y su cuello estriado en una posición extraña mientras jalo su cabello, jadeo soltándola y miro todo a mi alrededor y al sentirme perdida caigo al piso sobre mi costado derecho.
Me quejo del dolor y cuando el celular vuelve a sonar me pongo de pie furiosa por haber sido despertada y me muevo por la habitación en busca del celular hasta que me detengo y levanto la mirada mirando todo a mi alrededor.
Cristo
Mi boca se abre al mismo tiempo que se seca de la impresión y no pierdo el tiempo de levantar a Eimy, con todo lo que pasó me olvide por completo de que llegamos aquí en la madrugada y fuimos dirigidas a un pasillo de habitaciones, logro recordar que Eimy insistió en permanecer en la misma habitación que Ayda y yo.
Mi cuerpo se gira violentamente buscando a mi hija y al no verla en la habitación jalo a Eimy por los pies levantándola.
—¿Que, que qué pasa? — Pregunta aún medio dormida.
—Ayda no está — Le comunicó al tiempo que empiezo a abrir puertas en busca de la salida de esta jaula.
Cuando la encuentro salgo corriendo en busca de mi hija y me detengo cuando me encuentro con varios pasillos y Eimy choca con mi espalda.
—Esto es un maldito laberinto.
Sigo derecho hasta encontrarme con otro pasillo y luego de caminar más los encontramos con una escalera, bajo a toda velocidad y lleno mis pulmones de aire al sentirme sofocada, caminamos rápido y siento un ligero olor a tocino.
Seguimos el olor a tocino, no pierdo el tiempo y abro la puerta de la cocina sin medir mi fuerza provocando que esta se azote contra la pared sobresaltando a todos los presentes en la cocina incluso a Ayda que se acurruco en el cuello de Aksel.
Cristo bendito
Mi boca se seca ante la escena y siendo una presión extraña en mi estomago, todos me miran impresionados y yo me siento mareada perdiendo fuerza en las piernas cuando doy dos pasos atrás tratando de encontrar de donde agarrarme siento unas manos sostenerme desde la espalda.
—Te tengo — Me comunica Eimy y me aprieta hasta qué logro sostenerme firmemente de mis pies.
Me doy media vuelta y la miro a los ojos, ella se dirige a tomar la niña y ocupa el asiento de Aksel cuando esté me mira con confusión, me siento sofocada y cruzo la cocina hasta salir al patio, siento el pasto en mis pies y como el sereno abraza mi cuerpo mientras sigo caminando hasta encontrar un banco y sentarme.
